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jueves, 12 de septiembre de 2019

Jubileo de Fuenlabrada, 20 años después

(Dibujo de Rocío Martínez)

     Durante los días 10, 11 y 12 de septiembre de 1999, se celebró el IV Jubileo Literario de Fuenlabrada. Este municipio madrileño estaba muy sensibilizado con la lectura de niños y jóvenes y, por tanto, con la literatura Infantil y Juvenil. Y todo debido a una red de bibliotecas municipales con unas y unos bibliotecarios muy comprometidos y el Patronato de Cultura del Ayuntamiento absolutamente implicado y organizador de estos eventos.

     Tanto es así que, 20 años después, ¡esos encuentros continúan! Y como prueba de cómo recogen toda la “movida” en LIJ del país, he aquí una foto de la última edición (justo de este año) que me mandaron dos de sus participantes:  Pepe Maestro (Andalucía) y Xosé Cobas (Galicia),  escritor e ilustrador respectivamente. 


     En aquel cuarto encuentro de 1999, el tema sobre el que se trabajó fue el de la selección de fondos desde los distintos puntos de vista de los editores, autores, profesores, bibliotecarios y el colectivo del prensa/crítica. 
Para ello, reunieron a distintos representantes de cada sector, los pusieron a redactar “ataques” contra cada uno de los demás colectivos y los “enfrentaron” en distintos “combates” en los que se defendían (o no) y se llegaban a unas conclusiones. Es por esta dinámica por lo que el Jubileo tuvo para esta ocasión el segundo nombre de “Pugileo literario”.


     Mucho ha llovido en 20 años, especialmente la crisis económica y una vuelta de la casposa ideología de lo políticamente correcto (más restrictiva y censuradora que responsable y justificada), el crecimiento desmesurado del ocio digital y las editoriales efímeras, la mentira educativa concretada en leyes cambiantes y el currículo continuista que no soluciona problemas de fondo,  premios que aparecen y desaparecen y libros editados por sus autores donde cabe cualquier cosa. En fin, que ha pasado de todo.


     Como Internet es una fuente de recursos increíble (con su cal y su arena), esas conclusiones se pueden encontrar buscando la revista “Educación Y Biblioteca”, que las publicara en su número 105, al mes siguiente del jubileo. De ahí las tomamos, las entrecomillamos y ponemos en cursiva, para opinar sobre ellas.


Las conclusiones
     Esto fue lo que se les pidió y lo que nos parece 20 años después: 
1) A los editores: “El mercado editorial se rige por la ideología generalizada y las demandas de la escuela; no se arriesga”
Algunos que arriesgaron perdieron hasta su empleo, y algunas editoriales que surgieron como alternativas se perdieron con poco fondo publicado. Por ello se sigue casi igual.

“Se publican pocos álbumes ilustrados”. 
Aquí un cambio importante: se ha dado una fuerte apuesta por el álbum ilustrado.

“Hay un intento por parte de los editores de dirigir el trabajo de los escritores (encargos para un determinado público, sobre un tema concreto), además se exige a los autores un número determinado de obras que tienen que entregar”. 
Y va a seguir así, por parte de las grandes editoriales, mientras sigan atadas al mercado escolar.

“Se denuncia escasa calidad literaria en los libros de lectura”. 
De todo, desde obras al peso a magníficos trabajos de otros tantos autores y autoras.

“Carencia de buenos libros y otros soportes informativos”. 
Repetimos, productos de mercadillo con prestigiosos trabajos, muchos libros buenos y muchos buenos libros. Impacto de los pop-ups, libros sonoros, libros de formatos variados, libros con “book-trailers” en Internet, libros digitales, libros con capítulos o fragmentos en la red, novelas combinadas con cómics, libros de contenidos más adaptados a nivel, aparición de un nuevo lenguaje verboicónico donde la fuente y el tamaño y la distribución en la hoja también cuenta,…


“Poca preparación de los comerciales”. 
Con el paso de los años, algunos veteranos terminaban conociendo bien los fondos y vendiendo con calidad, pero es un trabajo duro que implica mucho cambio de personal.

“Pocos libros de literatura juvenil para chavales de secundaria”. 
Aumento muy significativo con colecciones y escritores de mucha calidad (aunque con algo de oportunismo en muchos títulos).

“Utilización de los encuentros con autores para vender lotes de libros”.
Han bajado mucho estos encuentros, especialmente cuando suponen desplazar muchos kilómetros a los autores. Cambio de estrategia de ventas en planes lectores y descuentos.


2) A la prensa critica: “Se demanda un verdadera critica, que sirva como instrumento para la selección, ya que actualmente únicamente aparecen reseñas”
Como se comentaba en el Jubileo, la prensa se debe a la publicidad y no se suelen tirar piedras al tejado: se sigue sin criticar lo malo, copiar reseñas de la editorial y aparecer en Navidades habiendo olvidado el resto del año.

“Se exige a los medios de comunicación un espacio a la critica/reseña de literatura infantil y juvenil”
No se ha conseguido. Es más, en algunos casos se ha perdido. En Diario de Jerez lo hemos mantenido 31 años y espero que siga (ya sin mí). La televisión ha tenido mínimos momentos, trabajo le cuesta mantener programas sobre la literatura para adultos.

“Se sugiere crear un mapa de medios de comunicación”.
Ya en Google (o un primo suyo) está todo. 


3) A los autores: “No a la producción de <<libros por encargo>> de baja calidad”. 
Hay que comer, si no eres de los nombres propios no hay más remedio que escribir al dictado… y se sigue haciendo.

“Presión a los editores por parte de los autores para que sus libros estén entre los más vendidos”. 
Solo presionan los nombres propios y creo que ya poco.

“No a los encuentros con autor de baja calidad por exigencias de la editorial”
Es cierto que hay autores que nunca dieron la talla en los encuentros  pero, en la mayoría, si no salían bien era por falta de preparación por parte del grupo que lo recibía. He presenciado cómo algunos docentes se iban de la sala dejando al escritor a solas con el alumnado.

“Falta de conexión entre autores e ilustradores”.  
Y así pasa lo que pasa. Y es que, en muchos casos, no les interesa a los autores, en otros son los editores los que no quieren sentarlos juntos porque siempre supone tardar más en publicar; pero cuando se dan esas parejas de quien escribe con quien ilustra, el producto lo nota para muy bien. Hay casos.


“Revisión por parte de los autores de sus originales para presentación correcta a la editorial”
No solo que no tengan faltas de ortografía, sino que sepan qué ofrece y a quién se lo ofrecen. Creo que se ha mejorado… pero no del todo. 

“Que las obras de literatura no tengan carácter didáctico”.
Aquí se ha ido para atrás. Si en aquel entonces se criticaba que tuviesen añadidos de comprensión lectora en sus páginas (una aberración), los planes lectores han sometido la literatura al currículum, incluso se han iniciado colecciones asociadas a materias escolares, encargando a los escritores que traten de sociales, naturales, educación para la ciudadanía… Como antes pero peor.

4) A los profesores: “Poca dedicación a la lectura de literatura infantil y juvenil”. 
El grueso del magisterio en activo sigue perteneciendo a las promociones que no tuvieron en su formación inicial nada de LIJ. Algunos centros de profesorado han apostado por ello pero no es generalizado. El nuevo profesorado llega con algo leído, más que por su formación inicial (que algo hay), por lo que leyeron en el colegio. No obstante me creo que sigue siendo algo escaso.

“Aceptar colecciones de libros sólo por el regalo que ofrecen los comerciales sin hacer una verdadera selección”.
Lo mismo de antes, poca formación me lleva al criterio fácil, que ya no es el regalo sino que el libro tiene unas fichas para aplicar después de leerlo. Un error, claro.


5) A los bibliotecarios: “Falta de difusión de sus fondos y servicios, lo cual podría ayudar a otros colectivos en su labor de selección”. 
Con el trabajo que tienen dentro y lo escasos que están, difícilmente se les puede pedir algo más para el exterior. Aunque también los hay que hacen rayas en el agua.

“A veces se lee poca literatura infantil y juvenil. 
Quienes están en salas específicas terminan conociendo bastante de los fondos, por lo que he podido hablar con ellas (sobre todo) y ellos. El problema de mal financiadas tal vez complica el que estén al día.

6) A todos: “Crear redes de complicidad entre todos los colectivos para una mayor difusión del trabajo individual”
Volcar lo hecho en Internet es lo más parecido a esto que se haya hecho. Los congresos, encuentros y publicaciones que podrían tener este papel han ido bajando en número hasta casi desaparecer.

“No adoptar criterios eliminatorios, que desestimen poesía, teatro, libros informativos y otros soportes distintos al libro”.
Cuando hablamos de editoriales, no todas se arriesgan aunque en poesía al menos se han publicado títulos y colecciones brillantes; los docentes suelen ajustarse solo a la narrativa; los bibliotecarios saben de la demanda de libros de no ficción muy ilustrados y les cuesta introducir algunos otros como la poesía o el teatro.


Y además…
¿Quiénes estuvieron en aquellas Jornadas? Pues editores, autores, bibliotecarios, gente de prensa y docentes (en masculino y en femenino, claro). En las conversaciones también se habló de otras personas y entidades como los comerciales, los libreros y las distribuidoras. Y entre ellos y ellas… yo estuve allí. Y allí conocí a mucha gente fantástica.


Por eso de mis apuntes, que conservo, puedo añadir algunas impresiones de algunos y algunas de los asistentes y que creo que siguen con la misma vigencia veinte años después. Una pena que no tenga algunas de las perlas del muy inteligente Eliacer Cansino y su sentido del humor, de la más que avispada María José Gómez Navarro, de Rosa Luengo que ha terminado siendo parte de todos los grupos allí representados, y de tantos otros y otras que conocí allí y que disfruté escuchando. (Picar en los recuadros para agrandar la imagen y poder leerlo mejor)