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lunes, 29 de febrero de 2016

CONSTRUYE TU PROPIA TORRE EIFFEL (R)

De Fiona Biggs. Il. de Cathy Brear. Diseño de Clare Barber. Ingeniería de papel de Ben Potter. Editorial Bruño. Madrid. 2014.


Como se puede suponer por el título y los créditos, no se trata de un libro que nos cuente algo sobre la famosa torre francesa, sino que va más allá: además de datos históricos, técnicos y anecdóticos, muy bien repartidos y maquetados e ilustrados, además nos ofrece un puzle en 3D, o una versión moderna de aquellos antiguos recortables, con el que se termina montando una “auténtica reproducción” de la Torre Eiffel de 60 centímetros de alto. Con las piezas troqueladas y de considerable grosor, por lo que con el sistema de encaje se puede prescindir del pegamento, se construye una maqueta de la torre con la que disfrutar aún más de la lectura de las 14 páginas dedicadas a saber mucho sobre esta singular construcción. Si hay libros que son familiares, este puede ser uno magnífico al poder emplear a todos en la construcción y repartirse los numerosos textos, pero cortos, para leerlos por turnos a los demás.


Una vez desmontadas las piezas de sus hojas, conviene a guardar esas hojas, ahora huecas en las zonas en las que había piezas, para seguir manteniendo la forma y volumen del libro, que de otra forma “adelgazaría” enormemente.

domingo, 28 de febrero de 2016

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL

Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.


Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor/a representativo y a un reconocido ilustrador/a de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos los niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc


Este año, la Sección de Brasil ha sido la encargada de elegir escritor e ilustrador, que han sido la autora Luciana Sandroni y el dibujante Ziraldo. La Sección Española, OEPLI ya ha traducido el texto (por Elisa Toledo) y lo tiene colgado en su página oficial, de donde lo he sacado y "toqueteado" porque algunas rayas, puntos y mayúsculas me bailaban.



Y aquí están. Pero lo que tiene cortar y pegar: que se queda todo lleno de "marcas" y las sangrías bailan como ellas solas. Si tengo tiempo, lo transcribiré entero y lo meteré de nuevo bien hecho.

Ziraldo



        Érase una vez una… ¿Princesa? No.

      Érase una vez una biblioteca. Y érase también una vez una niña llamada Luisa que fue a la biblioteca por primera vez. La niña caminaba despacio, tirando de una mochila de ruedecitas enoooorme. Observaba todo con admiración: estantes y más estantes repletos de libros. Mesas, sillas, almohadas de colores, dibujos y carteles en las paredes.

        —Traje la foto — le dijo tímidamente a la bibliotecaria.
     —¡Muy bien Luisa! Voy a inscribirte. Mientras tanto puedes ir escogiendo el libro. ¿Sabes que puedes llevarte un libro a casa?
        —¿Uno sólo? — preguntó decepcionada.
En ese mismo instante sonó el teléfono y la bibliotecaria dejó a la niña con la tan difícil tarea de elegir un único libro en la infinidad de estantes. Luisa arrastró su mochila y buscó, buscó hasta que encontró su libro favorito: Blancanieves. Se trataba de una edición de tapa dura, con hermosas ilustraciones. Con el libro en la mano empujó su mochila de nuevo y, cuando ya estaba a punto de salir, alguien le tocó el hombro. La niña se dio la vuelta y casi se cae para atrás del susto: nada más y nada menos era el Gato con Botas con su libro en la mano, ¡digo, entre las patas!
    Buenos días, ¿cómo estás? — le dijo haciendo una reverencia.
    Luisa, ¿Acaso no te sabes de memoria todas esas historias de princesas? ¿Por qué no te llevas mi libro El Gato con Botas, que es mucho más divertido?
      Luisa con la boca abierta no sabía qué decir.
    ¿Qué te pasa? ¿Te comió la lengua el gato? — bromeó.
    ¿Eres el Gato con Botas de verdad, verdad?
    ¡Si, en persona, digo, de carne y hueso! Llévame a tu casa y sabrás todo sobre mi historia y la del Marqués de Carabas.

    La niña, de tan perpleja, solo conseguía asentir con la cabeza. El Gato con Botas, con un toque de magia regresó a su libro y, cuando Luisa estaba a punto de salir de la biblioteca, volvió a sentir un toque en el hombro. Era ella: "blanca como la nieve, colorada como la sangre y con cabellos negros como el ébano". ¿Adivinaste?
    —¡¿Blancanieves!? — dijo Luisa anonadada.
    Luisa, llévame contigo también. Esta edición — dijo mostrándole su propio libro — es una adaptación auténtica del cuento de los hermanos Grimm.
    Cuando la niña estaba a punto de coger el libro, el Gato con Botas apareció molesto:

    —Blancanieves, Luisa ya escogió. Vete con tus seis enanos.
    ¡Son siete y no seis! ¡ Y ella aún no ha escogido! — le dijo Blancanieves roja de cólera.
    Los dos miraban a la niña esperando una respuesta:
    No sé cuál llevar...querría llevármelos todos...
    De repente, sucedió algo increíble: fueron saliendo de los libros… Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel. Un equipo completo de princesas de verdad:
    Luisa llévame a tu casa — le suplicaban todas.
    Yo sólo necesito una cama para dormir un rato — dijo la Bella Durmiente mientras bostezaba.
    Solo cien años — dijo el Gato burlándose.
    Puedo limpiar tu casa, pero de noche tengo una fiesta en el castillo del ....
    ¡Príncipe! — gritaron todos.
    En mi cesta tengo torta y vino. ¿Quién quiere? — ofreció Caperucita.
    Y continuaron apareciendo más personajes: el Patito Feo, la Vendedora de Fósforos, el Soldadito de Plomo y la Bailarina:

    —¿Luisa podemos ir contigo? Somos los personajes de Andersen — pidió el Patito Feo que tan feo… no era.
    ¿ Tu casa está calentita? — preguntó la Vendedora de los Fósforos.
    De repente, delante de todos, apareció un lobo enorme, peludo, muy peludo, con los dientes afilados: ¡El lobo feroz!

    —Lobo ¿por qué tienes esa boca tan grande? — le preguntó Caperucita por costumbre.
    Yo les protejo — dijo valientemente el Soldadito de Plomo.
    El Lobo abrió la boca y… ¿se los comió a todos? No. Solo bostezó de tanto sueño y les dijo con calma:

    —Tranquilos. Sólo quería darles una idea. Luisa se lleva el libro de Blancanieves y nosotros entramos en su mochila que es muy grande.
      A todos les gustó su idea.
    ¿Luisa nos dejas ir contigo?
    ¡Claro que sí! — Dijo Luisa abriendo la mochila.
    Los personajes hicieron fila y fueron entrando uno a uno:
    ¡Primero las princesas! — dijo la Cenicienta.
    Al final aparecieron también los personajes brasileños: el Sací, el Caipora, una muñeca de tela que no para de hablar, un niño muy loquito, una niña con una cartera amarilla, otra con la foto de su bisabuela pegada al cuerpo, un pequeño rey mandón. Todos entraron.
    La mochila pesaba más que nunca. ¡Cómo pesan los personajes! Luisa llevo el libro de Blancanieves y la bibliotecaria anotó todo en su ficha.
    Poco después la niña llegó a casa feliz. Su mamá le preguntó desde la cocina.
    ¿Hija, llegaste?
    Síííí, mami, llegamos.

    LUCIANA Sandroni


                                ***********
COMENTARIO AL MARGEN
Es la primera vez que... ¡No me gusta nada el texto y tampoco la ilustración!
No me he resistido y he vuelto a abrir este post para añadir que no me gusta porque no le veo calidad literaria al texto, además de su toque machista, y la ilustración tiene una connotación religiosa (¿el libro es un regalo divino?) que tampoco pega nada ni con el texto, ni con la celebración. ¡Glup! Lo puse.

EXPLORA (R)

De Aaron Becker. Col. El gato y la luna. Kokoro Editorial. Sevilla. 2015.

En el post anterior rescatábamos la reseña de "Imagina" y, como estáis viendo, era para dar la entrada a la segunda parte de la trilogía de la niña de las tizas (o lápices, vete a saber) mágicas. O lo que es lo mismo: aquí está "Explora" (Quest, en el orginal). 



Recordemos que la protagonista había terminado con compañía: la del chico que también dibujaba y un ave que se trajeron de su viaje a ese mundo paralelo, el de la imaginación, donde está esa ciudad de ladrillos y agua. Llamémosla "Waterland" como aparece en alguna reseña, aunque en el libro, recordemos sin texto, no aparecen nombres algunos.



En esta ocasión ambos niños, y el particular ave, se guarecen de la lluvia  bajo un puente. Aquí surge la nueva puerta para entrar en el mundo imaginario y vivir una segunda aventura, con un mapa y una canana para colocar las distintas tizas que sumar a las que ya tenían hasta formar un arco iris que venza a los soldados grises de la oscuridad y devuelva la luz a Waterland.


Otra vez un viaje increíble, los espacios y los detalles, los elementos que se van añadiendo dibujados por los protagonistas, y el ritmo plástico tan envolvente que suponen las secuencias de los momentos en los que dibujan (sobre fondo blanco) con sus resultados en la doble página siguiente: impresionantes.

El libro parece un compendio de lenguajes donde está el literario por cómo se establece la narración, aunque sea sin textos; la ilustración con un derroche de arte que le valió a su autor la medalla Caldecot; el cómic, cuando nos muestra escenas desgranadas en momentos que podríamos considerar viñetas; el juego de rol, por las acciones, pruebas y acumulaciones hasta conseguir el objetivo final; y casi la animación, porque todo tiene movimiento, todo es acción desbordante; incluso algo de cine en los usos de los planos panorámicos y las angulaciones y ese cierre final tan cinematográfico.



Para sorpresa nuestra, Aaron Becker se vino a Andalucía a terminar la tercera parte de la trilogía. Estuvo en Sevilla y en Granada y de ambas visita se recogieron sus pasos en El Diario.es y en el blog de la editorial Kokoro, que es quien publica estos libros.

Dos comentarios sobre elementos que me llaman la atención. Por un lado el resumen que introduce la editorial al empezar el libro (en la guarda) y que además de innecesario es un auténtico "spoiler". Y por otro que el autor haya elegido un arco iris de seis colores (elemento reivindicativo del derecho a la libre orientación sexual) y no el de siete colores, natural, que le habría dado la oportunidad de un mundo más que recorrer para encontrar una tiza más (¿o es que así se pasaría de la extensión y planillos acordados con la editorial?).

viernes, 26 de febrero de 2016

IMAGINA (RR)

De Aaron Becker. Col. El gato y la luna. Ed. Kokoro Multimedia. Sevilla. 2014.


La historia va sobre la idea ya usada de un lápiz mágico que te permite abrir puertas y dibujar vehículos (barca, globo, alfombra voladora) que permite a la niña dibujante viajar (el título original del libro es Jouney, viaje) a otros lugares y meterse en una gran aventura. El trabajo de ilustración es magnífico, concienzudo, detallista, lo que le ha valido a su autor una medalla Caldecot de ilustración. Con cierto paralelismo al, también sin texto, “El viaje” de Mitsumasa Anno y alusiones a dibujantes como Escher, la historia no promueve que la imaginación sea una válvula de escape individualista sino un camino para llegar a otras personas iguales de imaginativas, ya que la niña encontrará compañía con su propio lápiz. Y esto no ha hecho más que empezar, luego vendrán dos títulos más.

En Youtube se puede ver aquí, aunque más sugerente es el book.trailer.




Algunos lápices mágicos son el de Tomás y el de Bruno (de Ricardo Alcántara y Margarita Mainé, respectivamente), el del abuelo Juan (de Juane Gumbau), los lápices de Hugo y Guillermo (de Romeu) y el de Harold, el más antiguo  (de Crockett Johnson), este de color morado.

          
  

lunes, 15 de febrero de 2016

¿Se mejora la lectura con la LOMCE?

     Este era el título del artículo que publiqué recientemente en el Suplemento de Educación de Diario de Jerez. Me quedó un poco ladrillo, pero me pareció interesante repasar las leyes de Educación de la democracia y recordar que por mucho que hayan cambiado (o lo parezca) algo tan básico como la lectura no ha experimentado la necesaria convulsión legislativa para una mejora en condiciones.

     No apunté, por ejemplo, cosas como que en la LOMCE se autoriza y aconseja la enseñanza de la lectoescritura en Infantil, pero no se hace reflexión de sus consecuencias, ni valoración de la importancia de los entornos, ni de como implicar a las familias, ahora que se habla de lectura dialógica. O sea: la m con la a "ma", como puse en la ilustración que diseñé.



     Otra cosa que se me antojaba era hacer un repaso de ministros y ministras del ramo. Y tras el artículo citado, lo incluyo.

¿Se mejora la lectura con la LOMCE?

     Sin duda es una pregunta retórica porque todos los que estamos en esto de la Educación sabemos que la respuesta es no. Y no solamente esta ley, sino la mayoría de las leyes de Educación. ¿Nos merece la pena un pequeño repaso? Intentémoslo aunque, aun queriendo ser preciso, algunos datos me pueden bailar, que este tema no es mi fuerte (como tantísimos otros, claro).

     Un gran número de personas pensará que esto de las leyes sobre la educación, al menos sobre la instrucción, vienen de muy lejos. Lo más lejos que nos podemos ir es a la Ley Moyano, 1857, para hacer frente al elevadísimo analfabetismo del país. Ya en esa fecha en algunos lugares de Escandinavia se exigía saber leer y escribir para poder casarse. Luego vienen las comparaciones, como si los pasados no importaran.

  Hasta el bienio progresista (1931-33) de la II República no encontramos una ley que haga un ordenamiento considerable del sistema educativo, con todas las bases sobre lo que se ha construido después. De la ley de entonces me llama la atención eso de que el docente debía de estar convencido del programa pedagógico, necesitando concienciación y preparación adecuadas. Del bienio conservador (1934-36) lo que más me llama la atención es que se prohíbe expresamente la educación mixta, segregándose los centros por sexo.

   Tras la guerra, esa guerra que algunos modernos achacan a diferencias políticas y no a un golpe de estado, vino lo que vino (qué miedo indagar en ello) y en 1945 aparece la Ley de Educación Primaria y en 1953 la Ley de Enseñanzas Medias. Ojo que con estas leyes estudiamos muchos maestros y maestras que aún estamos en activo. Allí estaban la prueba de ingreso para Bachillerato (a los diez años) y las reválidas de 4º y 6º.

Hasta que no llega la Ley General de Educación (1970) no se empieza a hablar de pedagogía pero todo, claro, bajo el signo de los tiempos. Cuando llega la Democracia, empieza la batalla de leyes y siglas donde la preocupación principal son los idearios, el peso enorme o moderado de la religión, los dineros pública-privada, las titulaciones... y la participación en la gestión de los centros: 1980 LOECE, 1985 LODE, 1990 LOGSE, 1995 LOPEGCE, 2002 LOCE, 2006 LOE y 2013 LOMCE (algunas son leyes nuevas y otras modificaciones de las anteriores).

   De todas ellas, solo la LOGSE supone un planteamiento realmente educativo al hablar de diseño curricular y no de programaciones cerradas. Su espíritu se alimenta de los movimientos de renovación pedagógica de los ochenta y posibilita un gran cambio en el currículo. Además, el mensaje es claro: no se trata de que los docentes enseñen sino de que consigan que el alumnado aprenda. Esto pone en cuestión las metodologías en general, las de la lectoescritura entre ellas.

    Los Centros de Profesorado se vuelcan en el perfeccionamiento del profesorado para el cambio, la actualización,... pero mayoritariamente se realiza como ejercicio voluntario e individual, por lo que los cambios no siempre llegan hasta donde se pretendían. Además las alternancias políticas con mayoría impiden un pacto educativo (mucha soberbia, ¿no?) y las leyes solo van a cuidar lo ideológico, negándose unas a otras y acarreando consigo cambios innecesarios del currículo.
Por ejemplo, el último cambio donde de unas competencias básicas se pasa a otras, solo evidencia que cada partido político podría proponer “sus” competencias básicas. En nuestro terreno, la lectura, hemos pasado de una orden de media hora de lectura diaria, a una hora de lectura diaria a... si hoy no se lee no importa (aunque eso sea casi imposible).

    Un cambio de ley supone un cambio de documentos del centro, entre ellos de las programaciones. Ahora hay una urgencia por renovarlas antes del 30 de marzo, con un gobierno sin formar donde pesan unos compromisos de eliminación de la LOMCE por buena parte de los presidenciables. Y si se miran los decretos, para hacer esas programaciones hay que empezar por los criterios de evaluación y llegar a los estándares de aprendizaje, que no son más que los antiguos objetivos generales y los objetivos específicos (o didácticos), respectivamente. Eso sí, luego hay que casarlo todo con las competencias para que no parezca lo que es: todo una vuelta a... ¿los 70?

   Pues para la lectura los mismos criterios de toda la vida, contenidos y objetivos, no tenemos nada nuevo. Y es que si se quieren cambios hay que hablar de metodología y las leyes, por lo visto, no tienen pensado nada para ello.


Repaso a los dueños de las carteras (que no quiere decir carteristas... ¿o sí?)

    Parece que el Ministerio de Educación comenzó bajo la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) con Antonio García Álix (23 de octubre de 1900), solo que se llamaba Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Y fueron hasta 16 los que ocuparon el cargo en la primera década.

   Un momento tremendo, terrible y absurdo fue el de la coexistencia de dos Ministerios de Educación, cuando la Guerra Civil, uno por cada lado: el oficial del régimen elegido por el pueblo, y el golpista que tuvo dentro de sus primeras actuaciones la “depuración de los maestros republicanos”. ¿Y quién era el presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza del gobierno provisional, una suerte de proto Ministerio de Educación...? Exacto: Don José María Pemán y Pemartín (de 5 de octubre de 1936 a 31 de enero de 1938). Pero seamos justo, las depuraciones siguieron hasta bien pasada la guerra, con otros ministros, cuando Pemán ya solo se dedicaba a escribir esos libros que... ¿Por qué se reirían en Suecia cuando España lo propuso para el Nobel de Literatura? (Perdón, esta pregunta está manipulada: nadie sabe si, cuando dijeron que NO, se estaban riendo o no). Un hecho reciente nos trae importantes referencias del tema que se pueden leer aquí.



Nuestra siguiente parada de especial interés va del 29 de octubre de 1969 al 11 de junio de 1973. Es el periodo del ministro José Luis Villar Palasí, con el que ve la luz la Ley General de Educación, en 1970.

Y ya nos iríamos a José Manuel Otero Novas, que lo fue del 5 de abril de 1979 al 8 de septiembre de 1980, no antes de dejar publicada la LOECE, aunque no toda en vigor. Esto fue bajo la presidencia de Adolfo Suárez, y del corto tiempo de la de Leopoldo Calvo Sotelo señalaría el año de ministro de Federico Mayor Zaragoza.

Pasamos a los ministros socialistas de Felipe González: Maravall (los seis años de Reforma Educativa, de Movimientos de Renovación Pedagógica, de inquietudes y esperanza), Solana (que da a luz la LOGSE), Rubacaba, Suárez Pertierra y Saavedra. Luego los de Aznar: Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy y Pilar del Castillo. Volvemos a los socialistas, ahora con Zapatero: María Jesús Sansegundo, Mercedes Cabrera (LOE) y Ángel Gabilondo.

Para llegar al 21 de diciembre de 2011 cuando toma posesión de la cartera (“es mía, mi tesoro”) José Ignacio Wert (y su LOMCE), para pasársela a Íñigo Méndez de Vigo el 26 de junio de 2015 y que, a fechas de este post, sigue teniéndola.

Juego

A ver si adivinas sus nombres. Reconozco que al colocar las fotos, algunos me han quedado muy "cortitos". Pica encima de la foto (sin saña) para que crezca y se hagan algo más visible de lo que la mayoría fueron en el cargo.





sábado, 6 de febrero de 2016

ZONA PROHIBIDA / LA DECISIÓN DE VIGGO (R)



     Cada dos años, el IBBY Elabora su Lista de Honor, un catálogo que reúne más de un centenar de libros publicados en todo el mundo y en todos los idiomas. Estos títulos son elegidos por sus cualidades literarias (de creación propia o traducción) y artísticas, y se supone que representan lo mejor que se ha ido publicando en cada país en los dos años anteriores.

     Y en la de 2016 aparece, entre otros títulos, la novela de David Cirici "Zona Prohibida". Una novela que consiguió el Premio PROTAGONISTA JOVE que organiza el Consell Catalá del Libre Juvenil i Infantil. Ojo: este premio se otorga por votación de los lectores jóvenes. ¿Suficientes méritos?

     Dice la Wikipedia donde ya aparece: David Cirici i Alomar (Barcelona, 11 de febrero de 1954) es un escritor español en lengua catalana. Licenciado en filología catalana. Ha sido profesor de lengua y literatura catalanas y guionista de televisión, en especial con La Trinca y Rosa María Sardá. Actualmente trabaja en el ámbito de la comunicación y la cultura.


     Su blog está en catalán y puedes consultarlo aquí

   Pues bien, en su día hice la reseña de "Zona Prohibida", pero casi más me importa el que la historia continuó en "La decisión de Viggo", que pude comentar con más extensión. He aquí las dos reseñas y mi recomendación absoluta para ofrecérselo a jóvenes lectores. 

     

     
Zona Prohibida
De David Cirici. Col. Algar Joven. Ed. Algar. Alzira. 2014.

Galardonada con el Premio Ramón Muntaner, esta novela es una auténtica provocación para el lector joven que podrá ver en ella una película sobre un futuro apocalíptico de donde sacar luego una serie de televisión. Pero es mucho más. La situación planteada está llena de preguntas y son pocas las respuestas que van a ir apareciendo a lo largo de una trama fuertemente envolvente, ya que la búsqueda de respuestas (de sentido a la vida, de futuro, de justicia,…) es lo que nos plantea el autor. Una realidad que el poder manipula para seguir siendo poder y que una juventud comprometida y luchadora es la única apuesta válida. Unos personajes con mucha fuerza intensifican la historia.


La decisión de Viggo
De David Cirici. Col. Algar Joven. Ed. Algar. Alzira. 2014.

Segunda parte del título “Zona Prohibida”, una distopía donde la acción está garantizada pero también las emociones, los sentimientos y los conflictos éticos. Por cierto, la cubierta de este segundo libro debería llevar un 2 bien grande, porque es indispensable haber leído el primero para estar ya conectados con los personajes y entender buena parte de lo que se da por contado en esta continuación de la historia. Volvemos a encontrar la misma fuerza e intensidad en el relato tanto cuando se trata de acción (guerra, asaltos, secuestro, robos,…) como cuando se trata de plantear las relaciones tanto entre dos personajes como en las reflexiones personales. Por eso la narración llega a su punto más álgido cuando se da la situación que da título al libro: Viggo ha de decidir en un momento de gran tensión en la batalla final con el amor como motivación y referencia para su decisión.
El ritmo y la agilidad están asegurados al plantear dos escenarios simultáneos cuyas tramas se van a desarrollar alternativamente de un capítulo a otro, hasta llegar a confluir en el capítulo final donde todo queda cerrado.
Dado la tendencia habitual, parecería que el libro sería parte de una trilogía y la lectura podría verse condicionada a pensar que hay una tercera parte, sin embargo la historia queda bastante cerrada en lo que a trama se refiere y abierta en lo que a futuro para los personajes corresponde, pero sin necesidad de seguir desarrollándolo.
Cierto es que para dibujar un escenario distópico hay que precisar muchos detalles (procedencia de la comida, tipo de dinero, por qué funcionan unas cosas y otras no, por qué hablan todos el mismo idioma en extensiones tan lejanas,…) y en el libro se van respondiendo según surge la necesidad de hablar de ello, y si no ni se tocan esos aspectos. Pero no se hace necesario tener todo controlado (se evitan lo que serían descripciones largas para una novela juvenil) sobre todo porque la importancia de la novela está en la acción para enganchar y en los aspectos éticos y emocionales para meterse dentro y tomar decisiones y posturas aunque solo se sea lector o lectora.