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martes, 13 de febrero de 2018

Para mejorar la lectura

Un "despiste" frecuente de la escuela es trabajar los procedimientos lingüísticos por separado, es decir, trabajamos la lectura, o la expresión oral,o la comprensión oral o la expresión escrita... pero no y.

Sin embargo, leer y escribir, hablar y escuchar, están inevitablemente interrelacionados y cuando se trabaja cualquiera de los cuatro aspectos se está incidiendo en los demás.

Por eso, y sabiendo la importancia de la lectura, podemos aprovecharnos de un trabajo -en principio- indirecto, con otro procedimiento, para perseguir la mejora de la técnica lectora. 

Teniendo eso en cuenta, he preparado unas hojas para mi colegio, para repartir por trimestre (por ejemplo) proponiendo a las familias algunas actividades que pueden ser divertidas y que mejorarían la lectura. Por un lado actividades alrededor del lenguaje oral, por otro sobre la escritura y un tercero sobre la propia lectura en sí.

En las imágenes se ven los montaje de cada hoja (anverso y reverso, las dos páginas) y también pongo los textos para que se puedan copiar y montar de cualquier otra manera, cambiar, recortar o añadir, en la idea de que sirva a cuanta más gente mejor.

Espero que sirva.

HABLAR SIRVE PARA LEER



Ya sabemos que la lectura es la clave del éxito escolar. 
Qué se puede hacer desde el ámbito familiar para mejorarla: hablar. Porque escuchar y decir sirven para leer  ya que: escuchar entrena en la comprensión, se va conociendo la estructura narrativa, ensaya la interacción con los textos, se experimenta y enriquece el vocabulario, plantea distintos modelos expresivos que luego se reconocen en lo leído,...
Historias familiares
Cuéntenles historias de la familia. Tendrán mucho interés, prestarán atención a cómo lo cuentan y relacionarán hechos de distintas épocas y “personajes” de distintos entornos.
Listas de palabras
En sus viajes en coche o en autobús, piensen en un lugar de la casa y digan (una vez cada uno) qué muebles hay, o los personajes de una película, o verduras, o juguetes, o programas de la tele, o...
¿Qué hiciste hoy?
Pidan que le comenten qué han hecho, que cuiden el orden de lo ocurrido (antes y después) y que aporten detalles como: los lugares, quiénes estaban, qué utilizaron,... No se conformen con una respuesta simple, pregunten hasta que encuentren algo de lo que puedan hablar más.
Cantando canciones
Canten canciones con ellos. Memorizar letras de canciones y cantarlas dan la estructura de estrofa, de verso, aporta el concepto de rima, de estribillo, se pueden comentar las formas poéticas utilizadas en algunas canciones,... Todo ello favorecerá la lectura de poesía y el acercamiento al lenguaje literario.
Tradición oral
Enséñenles todos los trabalenguas que conozcan, adivinanzas y acertijos, sorteos, chistes adecuados,... En ellos se esconden las metáforas y símiles, la polisemia, los juegos de palabra, la buena pronunciación y acercamiento a palabras difíciles de pronunciar. Y se pasa bien con ello.
El nombre de las cosas
Llámenlo todo por su nombre correcto y añadan detalles sobre cómo es, qué hace,... No vale decir “Mira, un guagua”. Digan “Mira, un perro. Los perros dicen guau, guau”. Nombren lo que vean en sus paseos, lo que sale en la tele, lo que hay en casa... Inviertan en vocabulario. 
La hora del cuento
Cuéntenles muchos cuentos, especialmente los tradicionales. Nuestra cultura hace muchas veces referencia a ellos y es importante que los conozcan para luego poder acercarse a las versiones más actuales, pero habiendo recibido los símbolos originales. 
Empiecen siempre con el “Érase una vez...” que los protegen porque es algo que ocurrió hace mucho tiempo. Acaben siempre con “Y colorín colorado...”, que les asegura que todo era cuento. Les da seguridad.
Diálogos inventados
Con los más pequeños juegue con marionetas, inventando con ellas conversaciones. Con los mayores, quítenles el sonido al televisor y repártanse los personajes para “doblarlos” inventando los diálogos. Les entrenará a la lectura de textos con personajes que hablan.
Letra a letra
Jueguen a nombrar una palabra que se les ha dado letra a letra (un ejercicio de atención que favorece la lectura posterior) o a deletrear palabras. También podremos incluir aquí la búsqueda de palabras que rimen con alguna que se les de, o que empiecen y terminen por una misma letra, o el veo-veo, o las palabras encadenadas que se unen con la última sílaba de la anterior por la que empieza la siguiente,...
Y hablar, hablar, hablar
Aprovechen todas las ocasiones que tengan `para hablar con sus hijos e hijas, corrigiendo con mucho tacto la pronunciación de lo que no digan bien, invitándoles a que repitan alguna palabra que no les salió bien, teniendo paciencia si les cuesta expresarse sin terminarles las palabras o frases. Están aprendiendo a hablar. Es normal que se equivoquen o que les cueste hasta que vayan soltándose.

ESCRIBIR SIRVE PARA LEER


Ya sabemos que la lectura es la clave del éxito escolar. 
Qué se puede hacer desde el ámbito familiar para mejorarla: escribir. Porque escribir sirve para leer  ya que: pone al lector en el papel del/la escritor/a ampliando su perspectiva en la lectura y valorando el papel de este/a, hace que se fije en los modelos, entrena en “leer para corregir”, hace ser crítico con lo escrito-leído (lo propio y lo ajeno), fija visualmente las palabras y el valor de los signos ortográficos,...
Un cajón para escribir
Elegimos un cajón de un mueble del salón. En él ponemos alguna libreta (especialmente bonita), otras libretas más corrientes,  bolígrafo, lápiz, goma, colores, sacapuntas,  tijeras, pegamento, algún cuento viejo,... Vamos a utilizarlo como nuestro despacho de redacción. Nos va a permitir recoger por escrito trabalenguas que nos digan o adivinanzas para no olvidarlos; chistes para poder contarlos luego; recetas de cocina; direcciones de Internet;... La cosa es tener siempre material a mano para escribir. Todo se puede recoger “como apunte” en cualquier libreta y pasarlo a la “bonita” bien escrito cuando queramos.
Un cuento colectivo
Sin duda, algo que podemos escribir con esos materiales, poco a poco y entre todos, es un cuento que nos vayamos inventando, que cuando lo pasemos “a limpio” le podamos añadir dibujos o ilustraciones de otra publicación recortadas y pegadas.
Señalaremos capítulos, párrafos con generosos espacios en los “punto y aparte”, rayas para los diálogos muy cuidadas, pie de imagen para las ilustraciones con frases que puedan resumir la idea que están representando; se podrían incluir cancioncillas (que alteren la forma en que el texto aparece escrito) o mensajes o cartas o títulos o...
Pasatiempos infantiles
En el cajón puede haber un cuadernillo de pasatiempos para resolverlos en familia, o podemos jugar al ahorcado, la fuga de vocales, la palabra más larga con las 7 letras que salgan de un saquito de letras,...
Binomio fantástico
Para inventar un cuento, no olvidemos la conocida propuesta de Rodari: tomamos dos palabras cualesquiera, trazamos un título con ellas y a inventar la historia. Una variante divertida es coger dos protagonistas de dos cuentos distintos e inventarles un cuento común.
Fichero
En ese cajón también podemos tener un paquete de fichas rayadas que se encuentran en cualquier papelería. Podemos llevar con ellas un fichero de: libros que tenemos en casa, videojuegos (que tenemos o conocidos), páginas web de interés, personajes famosos,... Adjudicamos el nombre correspondiente, los datos que nos parezcan de interés y, si queremos, una pequeña descripción; pegamos foto si tenemos; luego las  ordenamos alfabéticamente.
Cómic mudo
Tomamos una página de un cómic y recortamos todo lo que aparezca de texto en los bocadillos. Luego hacemos una fotocopia ampliada en A3 y empezamos a intentar descubrir la historia e intentar imaginar qué dicen los personajes. Vamos escribiendo los textos poco a poco hasta terminarlo para leerlo de un tirón. ¿Quedó bien?
Mensaje secreto
En el cajón puede haber un periódico antiguo. Recortamos letra a letra mayúscula para enviarnos mensajes secretos entre los miembros de la familia. ¿Seremos capaces de adivinar quién nos lo manda?
Noticias disparatadas
Con esos periódicos, podemos recortar titulares mezclando la mitad de uno con la de otro. Nos saldrán noticias disparatadas que podremos escribir y leer a los demás. ¡A ver qué periodista es el más gracioso!
¿Escritura digital?
No olvidemos que casi todo esto también se puede hacer sobre formato digital: el el ordenador, la tableta o el celular (teléfono móvil). Será cuestión de utilizar los dos medios y comprobar qué nos da más resultado: es más participativo.

LEER SIRVE PARA LEER


Ya sabemos que la lectura es la clave del éxito escolar. 
Qué se puede hacer desde el ámbito familiar para mejorarla: leer fuera del entorno escolar. Porque a leer se aprende y se motiva leyendo. Además, dominar la lectura les servirá para escribir, para hablar y para escuchar, porque da modelos expresivos a imitar, se mejora la atención, se enriquece el vocabulario,...
Valore la lectura pero...
La lectura hemos visto que es importante, pero no sacrifiquen otros buenos momentos en pro de la lectura, no la “endiosen”, no la crean la solución de todo. Deben darle su importancia y lugar pero sin provocar el efecto rebote en el que los niños terminan rechazándola por verse saturados de ella.
Regale lectura
No hagan de los libros el regalo único de una celebración, acompáñenlo de un juguete (o acompañen el juguete de un libro). Elijan libros muy llamativos y que resulten fáciles de leer.
La colección
Si sabemos que hay un libro que ha gustado mucho nos fijamos si hay más de esa colección y apostamos por ellos para ir formándola. 
Sean un diccionario
Si están leyendo y les preguntan una palabra, no les manden nunca a consultarla en el diccionario (y menos en un medio digital que se distraerán de lo que leían), sean ustedes el diccionario diciéndoles el significado o ayudándoles a descubrirlo por el contexto.
Aplaudan su lectura
Cuando su hijo o hija lea en casa, reconozcan lo bien que va haciéndolo y lo bueno que será que mejore. Tengan paciencia y comprendan que están aprendiendo. Criticar el cómo lee solo conseguirá alejarlo de las ganas de leer.  
Lean y lean y lean
Es fundamental que sean lectores para que sirvan de modelos ante ellos y ellas:
-lean en voz alta, ante ellos, una noticia del periódico que estén leyendo y que crean que les puede interesar;
-utilicen ratos de descanso en familia para leer y proponerles que lean también;

-elijan un libro y lean por turno en voz alta: un capítulo uno y el siguiente capítulo otro miembro de la familia;
-elijan un libro de teatro; fotocopien una parte y repartan los papeles: hagan teatro leído en familia. Se hace una lectura individual y silenciosa cada uno de su papel, para ver qué entonación dar (puede haber un director que les dé pistas) y luego la lectura en grupo: diversión asegurada;
-léanles cuentos mientras que son pequeños y un poco más. También al segundo hijo, y al tercero...
Pero... ¡Interrumpan la lectura si ven que el momento no es el más propicio!  Por ejemplo, si hay otra actividad que les reclama más, si ven cansancio, si el tema o el texto en sí no es muy de su agrado, si llevan mucho rato,...
Sobre todo ha de darse el momento, un texto que guste, un ambiente agradable...  Entonces ¡a leer!
Casa lectora
Repartan los elementos de lectura por la casa: un revistero con revistas y periódicos, las estanterías con libros en los cuartos de los niños; los libros en el mueble del salón; lo de recetas en la cocina;...
Con el libro a cuestas
Muchas veces se sale de casa y hay que “echar tiempo fuera” sin hacer nada: parada del autobús, consulta del médico, viaje en coche (si no hay mareos), rato de secado en la playa,... Si llevamos el libro que estamos leyendo con nosotros se nos hará más corta la espera. 
Pidan consejos 
Si nos liamos, si no encontramos los libros adecuados, si tenemos dudas, lo mejor es consultar con los bibliotecarios, dependientes de librerías y profesorado. Y lleven con ustedes a los pequeños, a comprar los libros y a la biblioteca (incluida la del colegio).


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