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martes, 18 de diciembre de 2018

Una historia

De Marianna Coppo, texto e ilustraciones. Colección Libros para soñar. Kalandraka Editorial. Pontevedra.


La idea ya la conocemos: “no busques fuera, la respuesta está en ti”. Doroty quería volver a Kansas y llevaba su medio de transporte calzado en sus pies desde el principio.
Hay quienes se pueden quedar quietos, o metidos en un bucle de rutina redundante, esperando que pase algo, como cuatro de los cinco personajes de esta historia; pero también está el que decide ser protagonista y crear su propia historia, como el simpático conejo rosa que no está dispuesto a perder el tiempo y… ¡actúa!

El mensaje es clarísimo hasta para los pequeños lectores a los que se les puede leer y contar el libro, que verán cómo con poco se puede crear una aventura, protagonizarla, nada de esperar a que te la cuenten.


Todo comienza con una página en blanco. Van apareciendo hasta cinco personajes pero no pasa nada porque están esperando que llegue una historia o, lo que es lo mismo, que alguien les escriba qué tiene que pasar con ellos. Pero uno de los personajes, el conejito rosa, lleva una mochila (la metáfora de la imaginación, la fantasía personal, la creatividad). De allí salen unos lápices y en su mano dan lugar a toda una historia a la que se suman los otros personajes. Así que cuando el cartero llega con “Una historia” (lo que pone en un objeto que parece ser una carta, por su borde) le dicen que ya tienen la suya y que se la pueden contar: “Todo comienza con una página en blanco…”, por lo que el libro se hace cíclico, repitiendo la primera página, para volver a empezar.



Con el título original de “A Very Late Story” (Una historia muy tardía) este libro es una historia sobre las historias que, por aquello de la espera a que llegue alguien que… se hace referencia a “Esperando a Godot” en algunos comentarios que se han hecho sobre el libro. De hecho, Kalandraka ha diseñado unas cubiertas como la carta que lleva el cartero (qué acierto frente al original con el “ruido” del título), y ha colocado un matasellos con esa leyenda, “Esperando a Godot”.

 
 


Para mí la referencia de personajes creados y desamparados me llevaría a “Seis personajes en busca de un autor”. En cualquier caso estamos hablando de personajes en un decorado que se va componiendo poco a poco y una historia que va construyéndose paso a paso, con diálogos casi de besugos. Sí, algo tiene del teatro del absurdo.

Las imágenes se suceden todas en doble página. El inicio, donde solo están los personajes, tiene unos enormes espacios en blanco que potencian la “falta” de historia. Los personajes son monocolor (un tono pastel para cada uno) sin líneas interiores que establezcan zonas, ropas u objetos, abundando en la sencillez. 

El personaje creativo se va a la página de la izquierda que irá llenándose de dibujos y colores, mientras que la de la derecha sigue con los inactivos casi vacía… hasta que estos se implican y todo se llena de figuras y colores, entre los que se podrían sacar muchas historias  que, sería bonito, construir con el pequeño al que se lo leamos.



Una deliciosa narración plástica, ya que la mayoría del poco texto podría ser prescindible, que hará que los pequeños imaginen, pongan sonidos y movimientos, encuentren posibilidades de jugar, de vivir, sin que nadie se lo dicte.


La autora, Marianna Coppo (Roma, 1990), ha estudiado ilustración en Milán, y posteriormente ha profundizado en temas de dibujo y narración. Es ilustradora independiente abarcando numerosos soportes para diseñar e ilustrar participando en Tentacoli, un sello independiente especializado en fanzines y artesanía. Para apreciar su obra, particular y delicada,  se puede visitar esta página.



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