Los cinco desastres (R)

De Beatrice Alemagna. Ed. A buen paso.

Algunos libros tardan en asomarse a tu lectura, este es de 2014, pero ¡qué suerte cuando lo hacen! 

Efectivamente es una suerte tener este libro en las manos, es una suerte que esté escrito y listo para ser devorado porque mucho llenarse la boca de hablar de valores para no decir nada y aquí hay un libro que los pone a pelear en un ring para ver cuáles son esos valores por los que realmente luchar.

En una esquina hay cinco desastres, cinco tipos muy particulares que viven juntos y no hacen nada. Cada uno es un desastre en sí mismo, porque está agujereado, porque tan solo es como un papel plegado, porque es blando y está siempre tirado, porque está del revés, o, el quinto, porque es un amasijo de rarezas, una calamidad.

En la otra esquina vamos a tener al tipo perfecto: “bello”, con todas sus partes normales, lleno de ideas, dispuesto a hacer muchas cosas, lo que hoy dirían en términos de mercado un ganador.

Cuando el segundo se encuentra con los primeros, les echa en cara que debieran hacer algo, tener un proyecto, y estos, uno a uno, van reconociendo sus defectos, de alguna manera incluso riéndose de estas desventuras … pero … también hay algo más y empiezan a reconocer lo que sí tiene cada uno y cómo lo llevan eso de estar juntos y pasarlo bien. 

Y allí que van tan alegres y triunfadores dejando a don valores liberales KO en el suelo … como “un estúpido, un perfecto estúpido”.

Y he aquí los valores ganadores: todos tenemos algo que nos da sentido, todos tenemos derecho a ser distintos, la empatía nos une y nos da felicidad, no todo lo que parece ser un desastre lo es, y en este contexto siempre hay un proyecto, aunque no sea explícito: una solidaridad tácita que cultiva sonrisas y satisfacción.

Y para contarlo la autora utiliza estos personajes entrañables, esa casa divertidamente desastrosa, esos collage y dibujo y pastel y aguada y …, las oraciones cortas y los adjetivos deliciosos. Una gozada de libro que para nada parece el panfleto que yo he contado, sino que es un rato de lectura de texto muy divertido y luego de relectura de imágenes seguro que varias veces … ¡tanto detalle cómplice!