¿Un libro de Navidad en junio?
No, no me he equivocado de fecha, porque un buen libro es para leerlo en cualquier momento y, en este caso, a cualquier hora. Porque está bien reírse por la mañana, por la tarde y por la noche, tanto en invierno como en verano.
Y es que el grupo de libros al que pertenece este título son libros con mucho humor: humor por la construcción y humor por la ilustración.
Aunque si hablamos de construcción tendremos que decir que son poemas con estrofas que se van encadenando. A ver si lo vemos fijándonos en una de estas páginas dobles:
¿Qué ocurre con estos versos tan cortos, esta rima consonante de los dos últimos y este volver a empezar con otra estrofa del mismo tipo? Ocurre que la lectura del texto se carga de musicalidad, de ritmo palpable y el absurdo de cómo surgen las estrofas, por la rima del tercer verso con el cuarto (que nos puede llevar de un reno a un ganso o de un ganso a ¡un abeto!) lo llenan de un humor ingenuo pero inteligente, ya que agrupa a los elementos que presenta bajo un contenido común pero no sujeto a nada más: animales de todo tipo, divertidos monstruos o, en este caso, personajes más o menos navideños según de la zona de la que los rescata.
Esta variedad en la selección da más perspectiva al libro y con ello al lector y lectora: el abeto, el muñeco de nieve… pero también el burro y el hada, hasta llegar a la veintena de personajes. Personajes que, por otra parte, no se ajustan a los dibujos “bonitos”, proporcionados, de formas perfectas y ropas (o pelaje) de diseño, sino que, pintados con contorno negro grueso, tienen ese toque extravagante, son generalmente cabezones y de ojos redondos, pero con mirada expresiva (ayudan las bocas, claro). Todo ello hace de estos libros lo más parecido a un juguete.
Hay que tener estos libros si no en casa, en las clases de Infantil y de 1º de Primaria porque van a ser un aliciente importante para el aprendizaje lector al asociar palabra(s) a un dibujo muy particular pero muy figurativo, pero no a modo de diccionario visual sino dentro de ese contexto divertido, de historias sugeridas, de musicalidad, de trabajo bien hecho.
Un texto originalmente en alemán y que tiene un enorme valor en el juego de palabras, las rimas y el ajuste texto-imagen, solo puede mantener su calidad y valía (que le ha merecido algún que otro premio) si la traducción es acertada. Digamos que a Xosé Ballesteros le ha quedado impecable, para eso es escritor y folklorista de cuentos.
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