Cuando en 1908, Kenneth Grahame publica “El viento en los sauces” (en inglés, The Wind in the Willows) nos encontramos con un tipo de novelas que fluyen al contrario de las de adultos apropiadas por niños y adolescentes (“gained literature”) ya que, siendo un conjunto de relatos pensados para un público infantil, termina siendo una novela con lectores de todas las edades.
Tal vez sean dos los principales motivos: una nueva fabulación, en la que unos animales antropomorfizados representan a la sociedad humana, aunque sin el juego fácil de continuar con las asociaciones tópicas que se tenían de ellos, pero sin una intención moralizante (lo que no quita evidenciar vicios y virtudes en los comportamientos); y, por otro lado, un lenguaje accesible y sencillo pero con pizcas de humor, atmósfera poética, observación respetuosa de la naturaleza, retratos costumbristas… que hacían de la narración una posibilidad de distintos niveles de lectura y, por tanto, de muy diverso tipo de lectores.
Solo me queda recomendar que los lean y los disfruten. Y mucho.
El autor
La ilustradora
El Erizo en la niebla
Uno de los cuentos del libro, seleccionado por Natalia Morozova es “El Erizo en la niebla”, donde la palabra niebla también debería estar escrita en mayúsculas dado que es la antagonista en esta historia.
Este cuento fue llevado al cine en un cortometraje que consiguió numerosos premios, la distinción de tener un sello postal conmemorativo, una pequeña estatua del erizo e, incluso, que sea nombrado en la serie estadounidense “Padre de Familia”.
Más aún, durante el Festival de Animación de Laputa del 2003, 140 críticos lo votaron como el mejor cortometraje de la historia. Kozlov recibió, entre otros reconocimientos, el Premio Korney Chukovsky 2009 por contribuir a la innovación de la literatura infantil y por su respeto a la tradición.
Y es que en esta película se plasmaron esas dos cualidades de las que hablábamos del texto: el interés artístico (como historia, como obra, como forma de contarlo…) y el seducir a cualquier tipo de espectador. En este enlace puede verse el original subtitulado en castellano.
Ni que decir tiene que después de leer (o leerles) el libro, será de mucho interés ver el vídeo. Más aún si hablamos de adolescentes y entramos en un debate sobre posibles mensajes, símbolos, valor de los personajes, vanguardismo de la estética (es de 1975), valor en el contexto histórico de la entonces Unión Soviética…
Muy muy interesante. Muy muy bonita.
Notas: Las reseñas de autor e ilustradora han sido tomadas de la ficha de la Editorial Kalandraka donde se puede encontrar más información.
Para leer los contenidos de las foto-texto, mejor picar en ellas y leer en pantalla aparte.
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