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viernes, 8 de marzo de 2019

Propuestas para celebrar el Día Internacional del Libro Infantil

Si hay días para celebrar muchas cosas, más que justificadas, también parece que lo esté el celebrar un día dedicado al libro infantil y juvenil. Porque para llegar a celebrar el 23 de abril, el Día del Libro, para celebrar que hay libros y lectores y lectoras, hace falta ir haciéndolos desde pequeños, por eso este día: “con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes”. Ese es el objetivo que se puso IBBY, desde 1967.


IBBY  (the International Board on Books for Young People), la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil es un colectivo sin ánimo de lucro. Está compuesto por asociaciones y personas de todo el mundo comprometidas con la idea de propiciar el encuentro entre los libros y la infancia.


 IBBY se fundó en Zurich (Suiza) en 1953 y está constituida por más de sesenta Secciones Nacionales. La Sección española es OEPLI,  Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil, que se constituyó formalmente el 27 de julio de 1982 al dejar de existir la Comisión de Literatura Infantil del INLE (Instituto Nacional del Libro Español).


Pues bien, IBBY decidió la celebración de este Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil para el 2 de abril coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen. (A este escritor, especialmente a datos muy particulares, le ofrecimos esta entrada en nuestro blij). 


Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un autor o autora para el mensaje y otro, u otra, para el cartel, mensaje y dibujo dirigidos a todos os niños y niñas del mundo . Este año le corresponde a la sección de Lituania, que difunde el mensaje y la ilustración de Kęstutis Kasparavičius .


Kestutis Kasparavicius (Aukstadvaris, Lituania, 1954). 
Es escritor e ilustrador. De 1972 a 1981 estudió Diseño gráfico en la Academia de Bellas Artes de Vilnius. Desde 1984 trabaja como ilustrador de libros para niños y ha ilustrado más de 45 libros. Sus obras han sido publicadas a nivel internacional y han sido traducidos a 23 idiomas. Ha recibido muchos premios, entre otros los que otorga la Feria del Libro Infantil de Bolonia (en 1993 y 2003). Emplea especialmente la acuarela. Vive con su mujer y cuatro hijos en una casa cerca de Vilna (capital de Lituania).


Para visualizar muchas de sus obras nos podemos acercar a su espacio en Instagram. 


En castellano, las editoriales Thule y Fondo de Cultura Económica  han publicado alguno de sus títulos en los que como escritor desarrolla una gran imaginación dotando de animación a los animales y a los objetos cotidianos y como dibujante demuestra el gran dominio del lápiz y las tintas que le han valido tantos premios.


Y pasamos ya al texto escrito por este autor como mensaje para celebrar este día y al cartel para el que ha venido muy acertada una ilustración que ya había elaborado este artista.




LOS LIBROS INSPIRAN PAUSA

"¡Voy con prisa!", "¡No tengo tiempo!", "¡Adiós!"... Expresiones semejantes pueden oírse quizá a diario, no solo en Lituania -en el centro mismo de Europa-, sino en muchas partes del mundo. Y con frecuencia parecida se oye decir que vivimos en la edad de la abundancia de información, la prisa y la precipitación.

Sin embargo, tomas un libro entre las manos y, de alguna manera, te sientes distinto. Y es que los libros tienen una estupenda cualidad: te inspiran serenidad. Con un libro abierto y sumergido en sus tranquilas profundidades, ya no temes que todo te pase de lado a toda velocidad, sin llegar a apreciar nada. Empiezas a creer que no será preciso lanzarse como loco a tareas de dudosa urgencia. En un libro todo sucede sigilosamente, en orden y según una secuencia. ¿Será tal vez porque sus páginas están numeradas y las hojas al pasar crujen tranquilamente y con un suave efecto relajante? En un libro los acontecimientos pasados se encuentran plácidamente con los que han de venir.

El mundo del libro es muy abierto; su realidad sale al encuentro amistoso con el ingenio y la fantasía, y a veces ya no sabes muy bien dónde -si en un libro o en la vida- has notado de qué manera tan bella caen al derretirse las gotas del tejado nevado, o de qué forma tan encantadora cubre el musgo la cerca del vecino. ¿Ha sido en un libro o en la realidad donde has experimentado que las bayas del serbal no son sólo bellas, sino amargas? ¿Acaso sucedió en el mundo de los libros, o de verdad estabas tumbado sobre la yerba en verano, y después sentado con las piernas cruzadas, contemplando las nubes que surcaban el cielo?

Los libros ayudan a no acelerarse, enseñan a observar; los libros invitan, incluso obligan a acomodarse, pues casi siempre los leemos sentados, poniéndolos en la mesa o en el regazo, ¿no es así?

¿Y acaso no habéis experimentado otra maravilla: que cuando leéis un libro, el libro os lee a vosotros? Sí, sí, los libros también saben leer. Os leen la frente, las cejas, las comisuras de los labios, que ahora suben, ahora bajan; sobre todo, por supuesto, os leen los ojos. Y por los ojos entienden... adivinan... Bueno, ¡vosotros mismos sabéis qué!

No tengo duda de que a los libros les parece muy interesante estar sobre vuestro regazo, pues una persona que lee – sea niño o adulto – solo por eso ya es bastante más interesante que la que se resiste a tomar un libro entre las manos, que la que -siempre con prisa- no llega a sentarse y no tiene tiempo de fijarse en casi nada. Este es mi deseo para todos en el día internacional del libro infantil: ¡Que existan libros interesantes para los lectores y lectores interesantes para los libros!
(Traducido del lituano por Carmen Caro Dugo)
***


Hasta aquí lo oficial de la celebración. Vamos ahora a proponer  unas actividades que podrían asociarse a este texto o a otros aspectos relacionados con los libros, claro.

-Copiar e imprimir el texto para repartir por familias, para que se leea en casa y se comente.

-O lo mismo, pero leerlo en clase y comentarlo.

-O dividirlo en trozos, para que sean varios los lectores (no nos gusta la lectura en voz alta de un texto que tienen todos) y comentarlo.


Y después:

-Elegir a un lector o una lectora que elige un libro y empieza a leerlo. Elegir a un compañero o a una compañera que hará de ese libro y “leerá” a quien lee: qué gestos hace, cómo se coloca, cuánto mueve los ojos o la cabeza, si mueve los labios, si se le nota que le afecta lo que lee…

-Hacer una yincana (castellanización de “gymkhana”, sí) en la que los distintos miembros de cada grupo tengan distintas pruebas-tareas que hacer. Todas muy “estresantes” a realizar en un tiempo corto, como hacer un castillo de naipes, el forrado de un libro con adhesivo transparente, hacer una línea del tiempo donde incluir a una serie de escritores y escritoras, copiar un dibujo (por ejemplo este)… y, sin control de tiempo, leer un cuento corto que luego leerían a los demás cuando hayan terminado sus pruebas. Grabarlo todo y mostrar cómo “una lectura es una pausa”, como dice el mensaje.


-Hacer una representación con cinco chicos y chicas donde se coloquen otras tantas sillas con un libro encima de cada una, frente al resto de la clase. Simular el juego de las sillas, con una música muy rápida sonando y cada actor y actriz imita una profesión, o tarea, o… como mimos.  Cuando la música para (preferentemente pasa a una música delicada y relajante) cada cual se sienta en una silla y toma el libro y se pone a leer, en la postura que prefiera, con un abanico, imitando que come un caramelo, que juega con su pelo,… De pronto la música cambia a irritante  de nuevo y dejan la lectura para imitar otros movimientos cotidianos histéricos. Se pueden repetir las secuencias: cambiando de silla en la que sentarse; cambiando posturas en las que leer con las piernas en la falda de otro, con la espalda en el asiento y las piernas sobre el respaldar, todos derechos sentados pasando la página a la vez, cruzando las piernas todos a la vez (pero todo a cámara lenta);…

-Leer este mensaje como pregón de las actividades que se vayan a realizar en el Día del Libro (o en la Semana del Libro).

-Reproducir la siguiente imagen (la del cartel sin textos) e inventar un bocadillo para cada libro que sean mensajes animadores a la lectura.


Y, por supuesto todas esas actividades que os inventéis o que ya estén inventadas aunque no tengan nada que ver con el mensaje y el cartel de este año, claro.

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