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martes, 26 de julio de 2022

Inventario (R)

De Pepe Maestro. Ilustración de Julio Antonio Blasco López. Col. Ala Delta, serie azul. Ed. Edelvives.



Tengo un archivo con títulos que quiero comentar sí o sí. Algunos van saliendo poco a poco. Otros se resisten, como le ha pasado a este durante unos años. Y se debe a que, aun ahora que ya he empezado, creo que de “Inventario” solo hay que decir que es tan bueno que todo el mundo debería comprarlo y leerlo. Y ya está. Porque la otra opción es decir todas las cosas buenas que tiene, y entonces habría que copiar el libro.




No, no me he venido arriba por el hecho de conocer al autor, porque sea de Cádiz o porque me guste especialmente cómo escribe. Es que cuando lo leí lo disfruté, cuando lo he vuelto a leer para hacer esta reseña lo he disfrutado, cuando les he leído uno de los inventos a los amigos lo hemos disfrutado y lo especial es que no importa la edad del lector o del oyente.



El libro se presenta como un catálogo descriptivo de inventos, pero además tiene otros textos como advertencias, publicidad, un descanso y como confín un breve diccionario, incluso una página en blanco muy especial. Pero lo cierto es que cada una de estas unidades es literatura, es uso del lenguaje de manera estética, creativa, recreativa, activa, lúdica, sorprendente y, en muchos casos, con una vuelta de tuerca.



Este libro de 2016, es un ejercicio de ensayo en el uso de los paratextos para lo que después sería, en 2020, “Cómo cocinar un niño” donde hasta la dedicatoria forma parte del relato literario (y el tejuelo, y el sello de la biblioteca, y el índice y…). Y es que cuando Pepe Maestro escribe una publicidad en el libro cuenta un cuento o recita un poema; o cuando hace las advertencias está realizando un diálogo con el lector; o cuando nos habla del descanso como pausa de lectura y nos ofrece una página en blanco, no está dando un texto informativo, sino haciendo literatura; cuando define supuestas palabras de un supuesto diccionario es mucho suponer que no te rías.




Hay mucho de Rodari y de Cortázar, en este crear, en este desbordar imaginación pero muy serio, como debe ser la descripción de un aparato y sus funciones: hay aclaraciones técnicas, normas de uso, garantía, complementos…; hay mucho humor pero sin reírse; hay ternura, naturaleza, diálogos, alienígenas, modalidades de un mismo producto…; hay interacción entre los productos… Hay de todo.



Así el libro suma 10 advertencias, 3 publicidades, 1 descanso, 28 inventos y el diccionario de personas lectoras que siempre quieren más, lo que quiere decir unos cuarenta textos (teniendo en cuenta la continuidad de las primeras “advertencias”) que pueden funcionar como cuentos individuales, pudiendo leerlos en el orden que quieras (como así avisa el autor), pudiendo leerlos de dos en dos o de tres en tres (como así se podría hacer en clase), pudiendo leerlos varias veces (como he hecho yo).




Las ilustraciones

Es cuestión de gustos. Julio Antonio Blasco tiene una web en la que muestra su trabajo y es muy versátil. Yo habría elegido otro estilo, incluso otro ilustrador o ilustradora. Pero lo dicho: es cuestión de gustos. En esta reseña se han presentado por parejas aunque cada una corresponde a un invento y, por tanto, a una parte distinta del libro. Y se le ha dado un marco de color por aquello de...






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