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lunes, 2 de noviembre de 2020

Rodari 4: El error creativo

Cuarta entrega. Recordemos que hemos hecho una presentación, vimos “la piedra en el estanque” y luego "el binomio fantástico". Después fue "Qué pasaría si..." y ahora tenemos ya un nuevo apunte biográfico



y una nueva técnica:

Cuántas veces nos hemos reído porque con un error hemos dado lugar a otra interpretación, o con chistes con juegos de palabras por cambiar una letra. Rodari cita aquí la opinión de un estudioso de cultura popular que dice que el zapatito de cristal de Cenicienta debió ser de piel (vaire) pero se tradujo por cristal (verre), con lo que ganó una aportación fantástica mucho más sugerente.


        Así una galeta podía ser una galleta de Gales muy especial que te hace engordar y adelgazar, por darle una variante a la de Alicia.

Si nos dicen que alguien vivía en Fusia (que no llega a ser fucsia, en vez de Rusia) nos acabamos de inventar un país de un color rosa al que le faltaba la vitamina C. Dónde estaba, cuál era su fauna, los resfriados en invierno y la necesidad de muchas naranjas para compensar la falta de vitamina anticatarros.

Para tanto da “el error creativo” que Rodari ya había escrito un libro, “El libro de los errores”, donde aparece el profesor Gramáticus y los golfillos Marco y Mirko. Montones de cuentos y poemas nos dan ejemplo de cómo cultivar un huerto fantástico con semillas equivocadas. Ha sido nuevamente publicado por la Editorial 


    Pero ojo a lo que Rodari pensaba de los errores gramaticales: «los errores no están en las palabras, sino en las cosas; hay que corregir los dictados, pero sobre todo hay que corregir el mundo». Y lo dejaba patente en algunos de sus textos de este libro:


        Traducido ahora por  Carlos Mayor, con unas ilustraciones de Chiara Armellini (no muy brillantes, todo hay que decirlo), este libro tuvo en su día una edición en Espasa Calpe, en la colección Austral, con la traducción de Mario Merlino, que también tradujera la Gramática de la Fantasía y fuera un enamorado de toda la obra del italiano. Tan compleja es la traducción de este libro y tan notable la labor del traductor, que la editorial lo reconocía en la cubierta (algo sorprendente sin duda).


        El error puede producirse también en las ilustraciones y también se puede conseguir un efecto fantástico por el imposible que representan. En el libro “Historias del Mar”, se incluía el cuento "Marea Negra" donde las sirenas mandaban a los tritones a recoger un vertido de petróleo que amenazaba a flora y fauna de la zona. Yo había pensado en tritones como seres mitológicos, mitad hombre y mitad pez; la ilustradora pensó en los anfibios, aunque fueran animales de agua dulce, y así los dibujó. Y así quedó la historia:









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