jueves, 24 de julio de 2025

Reencuentro

     Resulta difícil volver a retomar el blog. Quitando el post de abril del Día del Libro Infantil y Juvenil, llevo más de un año sin acercarme por aquí. Muchos factores. Uno de ellos era que quería hacer una propuesta sobre aspectos de una Feria del Libro, en su apartado infantil y juvenil, claro. Pero una vez vista la dedicación de la de Cádiz en 2024, se me quitaron las ganas de todo. 

    Los organizadores no buscan entre editoriales competentes para hacer un buen programa, sino que esperan que gente con autopublicaciones o editoriales menores se ofrezcan y así queda: una oferta lamentable.

    Esa desgana de las organizaciones me contagió de desgana a mí, como diciendo "para qué meterme en camisas de once varas". Y en esas me veo, con libros magníficos para comentar pero sin tener muy claro para qué.

    Sin embargo, lo ocurrido en Torre Pacheco me ha zarandeado y, como maestro (aunque ya jubilado), me preguntó qué hicimos tan mal para que jóvenes que han pasado por nuestras aulas se dejen llevar por mentiras con tanta facilidad, se llenen de ira injustificada y arremetan contra personas con las que no tienen nada de empatía.

    Es como la amenaza de que los próximos votantes de VOX están entre los 25 y 40 años (esos alumnos nuestros), que se reconozcan como franquistas y usen las pulseritas rojigualdas para querer pertenecer a un grupo cuyos líderes manejan dinero y apellidos compuestos, olvidando nuestro trabajo sobre cooperación, solidaridad, valor del trabajo y el esfuerzo...

    Pero lo cierto es que nunca le hablamos de Franco y el franquismo, lo cierto es que no fuimos al grano, que queríamos pensar que todo estaba superado y no, no lo está.

    Y los docentes de ahora lo tienen aún peor porque si hablaran de algo de eso serían inmediatamente denunciados por padres que no quieren "adoctrinamientos" pero matriculan a sus hijos e hijas en centros de doctrina machista, jerárquica y nada democrática y de doble financiación, creyendo que así forman parte de la élite dirigente, y no saben que si se perdieran los conciertos tendrían que correr a los centros públicos como locos.

    Pero bueno, todo esto para decir que muchas veces la metáfora, la imagen, la literatura, los cuentos bien hechos y bien contados pueden transmitir algunas ideas para rumiar, yo propondría que en grupo, y por eso he rebuscado libros MAGNÍFICOS sobre inmigración. Los traigo aquí con la esperanza de que alguno llegue a un aula, se lea y se comente y despierte algo de empatía que quite barras y cuchillos de las manos y transformen esos gestos en abrazos.

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