martes, 5 de septiembre de 2023

Escritos en el mar (R)




Cuando voy a reseñar este libro, me pongo a buscar ese otro de título “Escritos de otro mundo” que es muy parejo a este. Pero no lo encuentro entre los libros juveniles que tengo, hasta que veo que lo he colocado con los de adultos. Y es que los libros con relatos de varios autores, de distintas trayectorias literarias, sobre un tema y un punto de partida común no tienen por qué conseguir unos mismos “niveles de lectura”. En el título que cito, encontré algunos que los vi más “disfrutables” para adultos que para jóvenes. Y de ahí que lo colocara en otra estantería. 



“Escritos en el mar” pertenece a esta colección dirigida por el escritor Daniel Hernández Chambers dentro del sello Kalandraka. La idea es desarrollar un relato ligado a un autor o autora especialmente unido al tema que los agrupa, en este caso el mar. Claramente los escritores no han tenido unas pautas sobre como planear su historia, tan solo dejar patente a qué autor o autora se “homenajea” y que el mar aparezca vivo como un protagonista más.




Los escritores y escritoras que participan en este proyecto han puesto especial esfuerzo en acercarse a la prosa del autor que retratan (el intimismo, lo descriptivo, la sencillez, lo misterioso…) y en varios casos recoger aspectos biográficos más o menos auténticos, más o menos inventados. Por ello, cuanto más se conozca a los autores recogidos y a su obra y vida, más se podrá disfrutar del relato que los evoca. Y he aquí que vuelve a surgirme la duda: ¿en qué estantería coloco el libro? 

A modo de índice y breve reseña del contenido, aquí van estas fichas:








Ni que decir tiene que reseñar este libro daría para siete comentarios largos, más otro que tratara el conjunto (¿por qué un autor contemporáneo entre los de una generación “casi 98” ?, ¿por qué no están Alberti o Baroja?, ¿por qué no hay al menos uno no literato sino explorador o científico?, por ejemplo).     

De lo que sí hay que hablar más es de las ilustraciones de Federico Delicado que, como los escritores, no toma una pauta común para ilustrar los relatos. Para Salgari elige un retrato “tuneado” en el que mostrarlo como él mismo y como El tigre de Mompracem”, como las dos facetas de una misma personalidad, lo que se dibuja también en el relato; o ese representar que los viajes de Verne que aparecen en algunas de sus biografías fueron solo imaginación, al sentar a un pequeño Jules con un Nautilus en una pecera en escena muy doméstica; o… Todas y cada una de las ilustraciones, intencionadamente colocadas al final de cada relato, son un broche para el mismo: en unos casos como interpretación, en otros como prolongación de lo contado y, en un caso, me atrevería a decir que como “reconducción” de lo que se ha contado.

 

Reseña del ilustrador escrita por la editorial.

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