Seguimos con el reconocimiento de dibujantes anónimos con ilustraciones relacionadas con las fechas en que estamos. Como los casos que hemos visto en otras entradas, son trabajos que a veces terminaban haciéndose muy famosos, que contemplaban apuestas muy atrevidas de interpretaciones de una supuesta realidad que terminaban haciéndose "verdad gráfica".
San Nicolás, Santa Claus o Papá Noel, como queramos llamarle, era anciano, de barba blanca, vestido de verde y con un saco para los regalos (¡un saco con el que pudiese cargar y que debería llevar los regalos de todo el mundo!), además de una gran identificación con todo lo natural.
Pero solo hacía falta una potente firma para que esa imagen cambiara: se hace muy gordo y se viste de rojo, pero sigue con el saco, aunque se aleja un poco de la Naturaleza y se acerca más al consumismo.
Arrastrando a las imágenes menos comerciales que querían mantener el aspecto mágico del personaje.
Igual pasaba con las imágenes sobre Belén y el nacimiento: cueva, pesebre, casita,... Las edades de los personajes: un recién nacido rollizos con un año cumplido, medio desnudo en diciembre, el San José Muy mayor, ella muy joven, túnicas muy limpias y caras en la pobreza que arrastraban...
Algunos muy atrevidos inventaban añadidos como esos angelitos que eran cabezas con alas solamente, o los que eran unos pillos y aparecían como por un portal interdimensional y le gastaban bromas al corderito que se suponía todo un símbolo sagrado, y terminaba siendo una oveja burlada.
Todo esto aparecía en lo que se llamaron por aquí crismas, que venía de aquella palabra "christmas" y que ha terminado incorporada en nuestro diccionario como tarjeta de Navidad. Pero, como siempre, la ilustración se movía por otros soportes y con otros objetivos. Por ejemplo, con los cromos para jugar:
O aquellas tarjetitas (aún hay quienes las usa pero sin el atractivo de las antiguas) para pedir el aguinaldo felicitando "las pascuas de Navidad":
Estas tarjetas nos dan mucha información con los monumentos que aparecen por detrás, las comidas con que se acompañan,... pero sobre todo el que el panadero subía el pan a las casas, el uniforme del pintor o que las farolas se encendían una a una al llegar la tarde:
En muchos casos el diseño era una orla con unos motivos constantes alrededor y unos espacios en los que variaban el rótulo de la profesión y el profesional. Nos quedaba muy claro los trabajos propiamente masculinos y los femeninos.
En otros casos el diseño era particular y completaba más aspectos de la profesión:
Estas ilustraciones también llegaron a los carteles, claro.
y como siempre sin firmarlos. Esperamos que al menos cobrasen los trabajos al entregarlos:
Hasta que llegaron los "listos" y dijeron: esto lo firmo sí o sí. Y hoy podemos conocer a sus autores de un vistazo, ¿verdad Ferrándiz?
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