martes, 1 de enero de 2019

El arte de Roberto Innocenti / La niña de rojo (R)

La editorial Kalandraka es muy “de autor”  y en ese rescatar obras importantes para las que no pasa el tiempo, nos trae joyas de Maurice Sendak, de Tomi Ungerer… y de Roberto Innocenti. Este último con un interés especial ya que nos ofrece varios títulos (antiguos y modernos), una “casi” biografía y una entrevista en su canal de televisión.


Vayamos por partes y empecemos con esa larga entrevista realizada por Rossana Dedola y que aparece como libro con el título “Roberto Innocenti. El cuento de mi vida”, que se publicó en España en 2016. En ella encontramos al ilustrador italiano con toda la sencillez de quien ha aprendido trabajando, experimentando con técnicas y materiales y poniendo mucho estudio en su alrededor. Porque probablemente ese aspecto autodidacta de Innocenti y tanta observación y experiencia son los pilares de un trabajo que siempre parece espontáneo, parece que “fotografía” a los personajes desprevenidos y los escenarios sin decorar, sin posar pero, sin embargo, todo está mirado, pensado, revisado y colocado en su sitio. 


En el libro se viaja a la infancia del autor, sus vivencias e impresiones de la guerra, sus inicios, el pobre panorama editorial de entonces en Italia, su proyección en el exterior antes que ser profeta en su tierra (su principal editor sigue siendo estadounidense), y el acercamiento particular a cada una de sus grandes obras hasta el 2012 que se publica este libro. 


Muy interesante algunos de sus comentarios sobre libros concretos que nos hacen verlos con mayor perspectiva. Como ese homenaje a La Toscana que hace en Pinocho, consiguiendo que el personaje y la historia tengan un realismo del que adolecen la mayoría de las versiones. O como esas escenas de guerra de las que fue testigo.
En esa onda está la entrevista que aparece en el canal de televisión que no hace mucho inaugurara la misma editorial gallega: Kalandraka TV. 


Está en italiano (una alegría oírle hablar) y se puede subtitular en castellano y en otras lenguas. Ver ilustraciones bien grandes, su estudio, materiales, su entorno florentino,… un rato muy agradable para pasar con el autor y mejor apreciar su obra.


Y como tercer bloque, vamos a citar su producción editada en España y comentamos uno de ellos. De Lóguez es “Rosa Blanca” con texto de Cristophe Gallaz; la Editorial Lumen publicó “La Cenincienta” y “El Cascanueces”; Editorial El Ateneo publicó “La isla del tesoro”; Fondo de Cultura Económica, por su parte, tiene publicado “El último refugio”; y la editorial Kalandraka, de la que hablamos que está volcada con Innocenti, tiene además del citado “El cuento de mi vida”, los siguientes (hasta ahora) títulos:


“La historia de Erika”, con texto de Ruth Vander Zee, libro destacado  en Alemania en 2004 e incluido en el plan nacional de lectura de Portugal. “Las aventuras de Pinocho”, con el texto de Carlo Collodi, su publicación coincide con la concesión del Premio Andersen para Innocenti; “La casa”, con texto de J. Patrick Lewis, reconocido como uno de los diez mejores libros de 2010 por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. “Canción de Navidad”, de Charles Dickens, que obtuvo mención premio Xosé Neira Vilas al mejor libro infantil publicado en  2011; recién publicado “Mi barco”, a quien añade texto Amy Novesky, que ya comentaremos. Y nos paramos en “La niña de rojo”, siendo Aaron Frisch quien le pone el texto.


“La niña de rojo” nace de la necesidad de mostrar la vigencia del cuento de Caperucita Roja contextualizándolo a nuestros días, donde el bosque es un enorme centro comercial. El lobo se personifica en un siniestro individuo, pero la publicidad, la comida rápida, el consumismo, el mercantilismo… son también una forma de “lobo” que amenazan y atacan a la infancia y a la juventud, hecho sobre el que el autor quiere que pongamos nuestra atención.
Innocenti desarrolló toda la idea en las rotundas imágenes que componen el libro, para luego añadirles el texto que elabora Frisch, y que prácticamente solo sirve para explicar la presencia de un final alternativo: las ilustraciones son más que elocuentes.


El ilustrador italiano coloca en las bombardeantes imágenes del centro comercial, letreros en todos los idiomas, significándonos así que este es un hecho universal, un problema de todas partes, una consecuencia más de la globalización. Hay muchos detalles de lo que se podría hablar con una lectura atenta, pero una lectura infantil también va a recibir todo el mensaje del autor. 





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