sábado, 21 de noviembre de 2020

Olivia Diluvio (R)

De José Fragoso. Fun Readers Editorial. Bigastro (Alicante) 2020.



Tras pasar las divertidas guardas, como si se tratara de un mapa del tiempo infantil, nos encontramos con una presentadora (con paraguas y borrasca propia) que nos da la bienvenida al libro planteándonos lo práctico que sería conocer nuestra meteorología personal por dos razones: una para saber cómo andamos de ánimos y otra para no olvidar que sea el que sea, va a cambiar, lo mismo que pasa con el tiempo.



Lo llamativo es que es una viñeta (personaje y bocadillo) realizado por la diseñadora Flavita Banana, como cuando cualquier libro presenta un prólogo de alguien distinto al autor o autora del mismo. Creo que es la primera vez que lo veo en un álbum ilustrado.

Y con esto pasamos a una historia en la que, como se nos ha anunciado, vamos a tener un tiempo cambiante… ¿será para bien?

Que lo de que cada cual tiene un clima según su momento, nos lo recuerda el autor en cada una de las ilustraciones colocando una nube, un sol, una tormenta encima de los personajes… incluidos los animales.



Y es el de la pequeña Olivia, su tiempo, el que nos va a preocupar durante todo el libro, porque desde que se levanta es realmente tormentoso. Son los nervios por la actuación de la tarde en el colegio. Cuando termina, de regreso a casa con su padre y su hermana, luce sobre ella un “verano” magnífico.



Pero la historia no es tan sencilla como pasar del enfado a la alegría, del malhumor a la simpatía, porque la prueba pendiente salió bien. En el libro hay muchos mensajes como el citado al principio de que hay que tener paciencia y confianza porque el tiempo cambia.



Está el que la familia de Olivia la forman el padre y Olivia con su hermana, junto con un perro y un gato. Un guiño a las familias monoparentales ya que la madre no está ni en los cuadros de fotos de la pared, ni en el teatro de la escuela donde el padre y la hermana de Olivia quedan claramente definidos entre un público donde sí hay otras “madres”.



Está el que podríamos entender a los demás porque cada cual tiene su día según qué cosas les pasa.

Pero sobre todo está la diversión de unos personajes tan expresivos que lo llenan todo de sentimientos y afectividad.

Siendo niña y llamándose Olivia, es difícil no acordarse de la cerdita de Ian Falconer, pero mientras que los dibujos del americano son delimitados, exquisitos, elegantes, con una paleta bicolor,… la peque y los amigos de Fragoso tienen mucha más niñez, espontaneidad, dibujos que sugieren el acabado de un contorno entre la línea y el color. Con una paleta pastel tanto para el fondo como para los detalles. Pero, en el fondo, igual de encantadoras las dos.

Un complemento anecdótico remata lo que el libro nos cuenta: un glosario de términos meteorológicos (lluvia, chirimiri, viento, niebla,…) que la editorial nos quiere dejar claro que ha sido supervisado por AEMET.

En resumen, un libro que se ajusta perfectamente al eslogan de la editorial: fresco, divertido y creativo. 

                                       



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