martes, 12 de julio de 2022

La nota (R)

De Pilar Serrano Burgos. Ilustración: Daniel Montero Galán. Col. Libros para soñar. Ed. Kalandraka.




Booktrailer de la editorial en este vídeo.

De este libro tenemos que hablar por un lado del contenido y por el otro del continente, así veremos cómo encajan perfectamente la idea del cuento con la forma de presentarlo.

La historia es una de esas que, en términos cinematográficos, se desarrolla como una única escena continua: un papel con una nota escrita va a ir de la mano de la madre de Eva, a su hija, a su compañero José, a Agustín el repartidor … y así hasta casi una veintena de personajes que leen la nota y la pasan (en forma de avión de papel, dejándola en un banco o pegándola en una farola, por ejemplo). Estos personajes, además, se cruzan o coinciden en escena con otros, bien en la calle o bien en un edificio, completando así toda la geografía humana de un barrio junto con la paisajística urbana: el colegio, la consulta del pediatra, el bar … ¡Incluso la fauna de la zona! Así vemos un gato, un perro, un ratón y pájaros con su poquito de historia particular en cada caso.




Podemos considerar distintos aspectos de interés en la historia narrada. Por un lado, la intriga de qué pondrá la nota, porque una vez que un personaje la lee se la pasa a otro y los lectores no sabremos hasta el final qué pone y entenderemos esta conducta de cada uno de los portadores de la nota. Otra cuestión es el cómo se la pasan unos a otros, esas formas de relación a veces más próximas a veces más distantes, pero todo dentro de una gran armonía: no se percibe tensión alguna en las microescenas que podemos entresacar de cada momento. Esto nos lleva a uno de los aspectos más notables, el optimismo que transmite, reforzado con elementos de la ilustración que si bien carece de expresiones faciales (no aparecen dibujados los ojos –un par de puntos como máximo- y casi ninguna boca) sí son muy expresivos en su gesticulación.  




La diversidad de personajes, tareas y edades, nos dibuja un espacio real en el que reconocer el propio entorno por lo que contagia esa actitud positiva, comunicadora, empática, que se verá reafirmada por el contenido de la nota que descubrimos al final y que nos invita a participar en esta cadena, a ser uno más entre los personajes del libro. Más aún, el dinamismo del planteamiento plástico en el que cada personaje aparece en distintos momentos seguidos en un ejercicio de simultaneidad, con desplazamiento hacia la derecha, nos está pareciendo ver un cómic sin delimitación de las viñetas, lo que nos lleva a una lectura rápida de la historia. Pero se ve que hay tanto en donde fijarse que una vez acabada la historia se volverá al principio, ya que tiene todas las características de un “libro sin fin”. Entonces nos fijaremos en tantos detalles que la primera vez no se vieron: una tortuga, huesos enterrados, números sueltos … ¿jugamos a descubrir cosas?




Hablemos del continente que va a hacer que todo encaje. El libro se compone de 20 páginas, pero ¡todas en un mismo pliego! Están distribuidas en 10 para leer en una posición y las otras 10 cuando giremos el pliego 180º, es decir, están unas arriba y otras abajo invertidas.




Las dimensiones de la hoja son 18 x 30 cm. Desplegado resultan esas 20 páginas con una dimensión total de 180 x 60 cm. Con los dobleces precisos, el libro resulta una suerte de acordeón que permitiría una primera lectura plegado, poco a poco; luego una segunda lectura mirando la superficie completa; le daríamos la vuelta descubriendo una minibiografía de cada personaje (separados por una línea de recorrido con la nota plegándose de diversas maneras) que nos dará más datos sobre los mismos (podemos hablar de otras 20 páginas); y todo ello nos lleva a esa nueva lectura, donde ya conocemos bien a todas y todos y mejoramos nuestro conocimiento sobre los mismos.






El descubrimiento de personajes nos puede llevar a jugar más aún. Podrían colorearse (con lápices, no con rotuladores), completar las biografías especulando sobre ellos y ellas, comentar qué sugieren los dibujos “auxiliares” que aparecen junto a cada personaje, encontrar nuevas relaciones entre estos …




Y una vez disfrutado y mucho, volver a plegarlo y colocarlo dentro de las tapas/carpeta que le dan esa forma de libro, para ponerlo en nuestra estantería hasta otro día con ganas de jugar y descubrir más cosas entre esos dibujos con tanto detalle, con un trazo claro que combina lo orgánico de sutiles curvas en personajes con el recorte recto de edificio y objetos.







Esta obra obtuvo la Mención Especial del XIV Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado.


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