miércoles, 7 de julio de 2021

Mi primer autor: Reverte, ni oírte ni leerte

  El periódico EL PAÍS nunca se ha destacado por ofrecer buenos productos en sus campañas promocionales de regalos (o venta acompañada) de libros para niños. Aún recordamos cuándo aquellos “Cuentos infantiles”, o el caso de “Mis primeros clásicos” (RENFE – EL PAÍS), donde además de versiones nada destacables en los textos, encontrábamos un despropósito de ilustraciones.




No digamos ya la colección de DVD, “Un país de cuentos”. No era mala sino peor.


Muchos le criticaron entonces a la dirección del periódico estos productos, máxime cuando entonces pertenecía a un grupo editorial con importantes colecciones infantiles de grandes creadores en texto e ilustraciones.

Y, para una vez que van a cuidar a los ilustradores, se presentan con una idea de 2010 de APR diciendo que ya es hora de darles calidad a los pequeños con escritores de firma notable en el mundo de la literatura para adultos. 

En aquel entonces fueron muchas las críticas por soberbia, ya que niños y jóvenes llevaban muchos años con una literatura de mucha calidad a su alcance sin que tuviera que venir un alamuytriste a salvarles la vida.

No solo eso, sino que algún título no era precisamente un lujo que digamos. Por ejemplo, el suyo que pecaba de ser un resumen y copia –decían los críticos- de la película “300”. 



Y ahora, 10 años después vuelven con lo mismo “Tu primer autor” … 


¿Todo lo que llevan niños y niñas leído no es obra de autores, en muchos casos de grandes autores? ¿De qué va esta gente? Como se caigan desde su ego se matan seguro (APR el primero, fijo).

¿Esta gente sabe que en los años 1906 y 1907 se publicaron la primera y la segunda parte, respectivamente, de El maravilloso viaje de Nils Holgersson? ¿Saben que era un libro infantil? ¿Saben que lo escribió Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf, conocida por Selma Lagerlöf? ¿Saben que fue una escritora sueca de fama universal y la primera mujer en obtener un Premio Nobel de Literatura (1909)?


Aquí van, a bote pronto y tirando de memoria, una serie de “autores” que escribieron para niños y jóvenes antes de 2010:


Y en España también había “autores” de esos como, por ejemplo:


Pero prefiero hacerles la pregunta de otra manera: ¿qué piensan que son, en especial usted, sr. PR, las siguientes personas: Juan Farias, Fernando Martínez Gil, Mariasun Landa, Teresa Durán, Christine Nöstlinger, Joan M. Gisbert, Roald Dahl, Marcos Calveiro, Xabier P. Docampo, Alfredo Gómez Cerdá, María Gripe, Astrid Lindgren, Maurice Sendak, …? ¿Son autores? ¿Tiene alguno una denuncia de plagio?


 Aunque si lo de “Mi primer autor” va porque es el primer libro que llegaría a las manos de un lector, también han de saber que para eso están autores como:

Antonio Rubio y Óscar Villán, Margarita del Mazo y Cecilia Moreno.


Así que lo mejor sería: “El País infantil” y un poquito de humildad.

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Actualizo la entrada tras el comentario de PR en el País Semanal, con esta reflexión:

PR, para salir al paso de las críticas recibidas, habla de que le ataca alguien bajo seudónimo. Supongo que se refiere a El Hematocrítico, que si le hubiese interesado se habría enterado de que es Miguel López. Muy crítico, muy divertido, muy creativo, muy laborioso (con más blogs que nadie) y muy conocedor de los terrenos que pisa. Pero además defiende los libros de su colección porque en la Literatura Infantil debe haber algo más que vampiros buenos. 

¿Cuánto conoce la LIJ como para esa afirmación? Si la respuesta fuera mucho, no la habría hecho. ¿Sabe que hay miserias, muerte, dolor, suicidio, encarcelamiento por las ideas, …? Solo que los finales (casi todos) son felices porque para los niños (que ya no para los jóvenes) hay que ofrecer un entorno de seguridad, que les permita entrar en el mayor conflicto, pero pensar que es superable.

Esto no quiere decir que todos los libros para niños y niñas deban ser conflictos y soluciones, cabe el amor, el humor, lo cotidiano, el miedo, la naturaleza, las tradiciones, … Y no hay que pensar en que deban ser de tal o cual manera para educar, porque entonces sería didáctica, no literatura.

Dice Abel Amutxategi: “Es un problema que se da cuando algunos autores de literatura adulta se adentran por primera vez en el mundo de la literatura infantil. Que parece que se preocupan más por construir sus obras desde su idea de lo que debe ser esta literatura que desde lo que los niños quieren leer”. (EL CORREO. Familias).



EL SÍNDROME BERGERAC (R)

 De Pablo Gutiérrez. Colección Periscopio. Editorial Edebé. 


Este libro, flamante ganador del Premio Edebé de Literatura Juvenil, viene firmado por el profesor de Literatura Universal del IES Juan Sebastián Elcano de Sanlúcar de Barrameda, Pablo Gutiérrez, a la sazón escritor reconocido por la crítica y los lectores que aplauden –en ambos casos- sus libros para adultos.


“El síndrome de Bergerac” viene avalado, como obra y como premio, por un jurado que cuenta con la representación de la editorial, el salesiano Xavier Brines, la librera Paula Jarrín, el periodista Óscar López director del programa de la tele Página 2, la escritora Care Santos (ganadora de casi todos los premios de Literatura Juvenil y reincidente), y la filóloga y escritora Rosa Navarro Durán, gran defensora de las adaptaciones literarias para niños y jóvenes.


En el canal de youtube de la editorial tenemos un vídeo con el autor y con los comentarios de Care Santos donde coloca un adjetivo que podría resumir todo lo que hay alrededor del libro al hablar del escritor: talentoso.



Si se ha pasado por el vídeo enlazado, se sabe ya (o insisto con palabras del autor en la Feria del Libro de Cádiz, el sábado 3 de julio) que él se considera en el germen de la obra solo una parte del mismo, ya que “fue uno de esos años en los que te coincide en clase un grupo de alumnos maravillosos, entusiasmados y con ingenio”.


Y se decide poner en marcha una obra de teatro “Cyrano de Bergerac”, la adaptan y llegan hasta el final, la representación, lo que supone una experiencia crucial para los chicos y las chicas participantes. 


Pero también para el profesor que participa y asiste a todo el proceso, que observa, que entra en su mundo de escritor y le lleva a contarnos la historia que aparece en el libro. Y así se produce ese efecto de “puesta en abismo” que tan bien explica con el quesito de la vaca que ríe, también llamado “efecto Droste” por el envase del cacao de esta marca, que también podría ser Royal, Pink Floid, Las Meninas, …


“Como las matrioskas”, explica el autor, donde la primera sería Cyrano como escritor; Edmond Rostand supondría la segunda al escribir sobre Cyrano; la película en que Depardieu lo interpreta (en el libro la película con este actor es el detonante) sería una tercera muñeca; en la cuarta el instituto adapta la obra en 2019; y en 2021 aparece la novela como la quinta matrioska que lo envuelve todo.


Este juego de sucesos donde unos se incluyen e influyen en otros, tratándose de libros, lo presentó el autor con una bella cita de Caballero Bonald “Los libros se comunican entre sí, especialmente de noche”. Y es que la intertextualidad está presente en esta obra no como aprovechamiento de lo que otros textos han dicho para evitar tener que pensar mucho y que el libro lo escriba otro (que los hay: asistimos con frecuencia al que cita y “recita” y al final el libro lo han escrito otros), sino que en “El síndrome Bergerac” los libros relacionados sirven para construir la atmósfera en la que se mueven los personajes, con un relación más acusada con Harry Potter, pero con alusiones a muchas obras, animación, videojuegos, cine, y las canciones que, en la presentación, tuvieron su lugar sonando en directo.


Satisface ver cómo, en los tiempos que corren, Pablo Guerrero ha optado por la comunicación directa: salvo la alusión a “un mensaje” y una mirada a un email, en el libro no hay móviles, twitter, Instagram, … ¡Y el libro funciona perfectamente sin echarse nada en falta!

Porque el libro tiene como componente principal el viaje iniciático de unos personajes, adolescentes, que se enfrentan a una tarea llena de dificultades y que terminan coronando felizmente, viviendo ese cambio donde “las nancys” pasan al armario y aparece el primer beso, donde la fidelidad puede perderse y dejarte solo hasta encontrar de nuevo el rumbo, donde te quedas sin voz hasta que consigues hablar. 

Y para dar fe ahí estaban dos exalumnas y ex componentes del grupo que llevó a cabo la representación, acompañando a su profesor en el encuentro, leyendo algunos párrafos del libro muy bien dramatizados.


Centrando la historia en el personaje de Velia, que nos la cuenta como si se tratara de un diario (pero sin las ataduras literarias que supone ese formato), el texto se desarrolla en unos capítulos ágiles pero intimistas, donde se da cabida a numerosos temas, algunos tratados con más profundidad y otros apuntados pero que no pasan desapercibidos.

De estos pudimos hablar en el encuentro que tuvimos en la Librería Plastilina cuando Pablo Gutiérrez presentó su libro.


Y hablamos del bolso de Lupe, la profesora de la novela, lleno de carga personal, a diferencia de los profes “salvavidas” americanos; y de la magia del teatro, que siempre acaba bien; y del apoyo y defensa y promoción de la lectura que aparece en distintos momentos: la sensación de leer algo que te atrapa, la referencia a la Hormiga Miga (Emili Teixidor), lo que cuenta Vélez y cómo le gustaría a Juanito; y de su apuesta como escritor social (de lo que bien hablan sus libros para adultos) y que aquí se refleja en referencias a los familiares de algunos alumnos y alumnas, la reflexión de Vélez de ganadores y perdedores y la transmisión de los centros elitistas, la denuncia de que una relación amorosa adolescente también puede ser tóxica y cómo algunas chicas han de estar en guardia; ...

Y se podría haber seguido hablando, porque como profesor tiene mucho que contar, como escritor es muy lúcido y talentoso, y como persona es de las que merece la pena.