miércoles, 20 de marzo de 2019

La huida de Peggy Sue (R)


De Federico Delicado, texto e ilustraciones. Col. Nórdica Infantil. Editorial Nórdica Libros S.L. Madrid.


La Comunidad de Madrid otorgó el Premio Muestra del Libro Infantil y Juvenil, en su segunda edición,  a Federico Delicado por su obra ‘La huida de Peggy Sue’. Con este premio, la Comunidad de Madrid ha querido destacar tanto la labor intelectual y artística como el trabajo editorial de esta obra. Quedémonos con eso, aunque en orden inverso: trabajo editorial,  labor artística y labor intelectual.


La opción del álbum ilustrado como producto comercial está disparado: es cómodo objeto de regalo, es cómodo objeto de “lectura” y es cómodo para ser publicado incluso autopublicado. Así ocurre que han surgido pequeñas editoriales donde autores publican textos cortos y fáciles sin trabajo de editor o editora posterior y con unas ilustraciones fruto de jugar con el ordenador o, incluso, poco menos. Pero hay editoriales, afortunadamente bastantes, que se especializan en el álbum ilustrado como objeto de calidad, o que lo añaden a sus distintas líneas de publicación y lo hacen como un trabajo artesanal, muy cuidado y muy exigente. Nórdica Libros, S.L., está entre estas y este libro es un ejemplo de calidad.


La labor plástica, de la que analizamos sus referencias más adelante, es impresionante. Porque si siempre ha sido un magnífico ilustrador, sus últimas obras llegan a un nivel de evolución del dibujo a la pintura, de comunicación con el color y los espacios y,  especialmente en este caso, de armonía y coherencia aun presentando conceptos enfrentados: lo realista con la metáfora visual (¡esa vaca casi transparente sentada a la mesa!!!!), una supuesta época pasada con la más candente actualidad, una ubicación lejana (inevitable evocación a EEUU) con una sensación de proximidad, imágenes casi fotográficas con otras fantástica pero verosímiles, la soledad frente al calor de la amistad, la panorámica con los planos cortos, el detalle  con la sencillez, el dolor y la angustia con la calma y la sonrisa,… todo esto y mucho más convive en las ilustraciones de este magnífico álbum.



Y como labor intelectual, Federico Delicado también mantiene el nivel que está dando en sus últimos trabajos: magnífico. Después de “Ícaro”, que mereció el Premio Compostela, donde el autor planteaba una historia de doble lectura: “realidad, más cierta fantasía como mecanismo para escapar de la realidad cuando esta es gris”, volvemos a encontrarnos con una historia que podemos leer y releer y encontrar cada vez algún detalle más, que dé otra perspectiva a nuestra lectura anterior o, al menos, que la complete.


Si quiero sacar del texto algunas frases que me parecen muy relevantes, tendría que copiarlo casi entero: aunque no sea muy extenso es muy jugoso. 


El libro comienza con una niña que cuenta lo que le pasó a una vaca que conoció y con la que compartió una aventura, hasta que se nos muestra que la historia es la de esa niña, de una familia de ganaderos de vacas, a las que tiene tanto cariño que decide ser vegetariana. ¿Pero cómo transmitirle esto a su “carnívora” familia? Ella inventa un cuento donde una de esas vacas, Peggy Sue, se escapa del matadero y se encuentra con ella, y así ambas, niña y vaca, emprenden un viaje y aventura hasta un puerto en el que encontrar un barco que lleve a Peggy a la India, tierra prometida de libertad y respeto.




Los lectores vamos creyendo al principio esa historia de Peggy escapándose con la niña, porque siendo imposible está planteada de forma muy verosímil, hasta que el padre interrumpe la narración y nos damos de bruces con el comedor repleto de variantes de carnes y la familia devorándola, mientras que la niña reivindica unas espinacas. Parece que ha terminado la fabulación evasiva de la niña, pero no. De sobremesa, la familia sale al prado a sestear y la niña, dándoles la espalda, imagina que todos son ganado vacuno. De nuevo esa fantasía alternativa para escapar de una opresiva realidad.


Un libro lleno de reivindicaciones en defensa de los animales, de una alimentación más saludable, del derecho a la migración y al asilo, del derecho a la libertad de desplazamiento, del reconocimiento  a familias alternativas,…;  de critica al maltrato animal, a la alienación a la que nosotros mismos nos sometemos, a  quienes se oponen a recoger refugiados,…; y de esperanza con la fantasía como herramienta, con los sueños como meta y con la poesía como lenguaje. Porque el libro entero (texto, imagen e historia) es poesía.


Y, como en esas historias complejas en las que luego parece que todo ha sido un sueño pero el protagonista descubre algo que perteneció a esa historia, en “La huida de Peggy Sue” tenemos una ilustración en la contracubierta que nos verifica que la vaca embarcó y fue a la India… ¡con la niña! Una ilustración circular que es parte de una cuadrada y que se puede encontrar en la red aunque no en el libro.



¿Quién es Peggy Sue? 

Es un nombre americano que se hace muy famoso por una canción de rock and roll escrita por Buddy Holly, Jerry Allison y Norman Petty, y grabada por Buddy Holly y su grupo The Crickets. Se encuentra en el puesto nº 194 en la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos según la revista Rolling Stone, lo que da pistas de cuántas veces se habrá oído y cómo de familiar ha de resultar entre el público norteamericano ese nombre. Además fue la primera canción que “tuvo secuela”, con «Peggy Sue Got Married». Con ese mismo título, se estrenó en 1986 una película dirigida por Francis Ford Coppola.



En literatura, “Peggy Sue and the Ghosts” es una serie juvenil de Serge Brussolo, publicada desde 2001, con traducciones en España por Alfaguara juvenil.


Pero donde probablemente se haya fijado Delicado, haya sido en la cadena americana de hamburgueserías “Peggy Sue´s”, con franquicia en muchas ciudades españolas, que de alguna manera viene a ahondar (con cierta ironía… mucha) en el mensaje que persigue.



Referencias plásticas

La aparición de la canción en 1957, la decoración de las hamburgueserías y la época que recoge la película, todo de los cincuenta, van a ser el contexto por el que plásticamente se va a inspirar el autor aumentado por el carácter de “road movie”  de la historia y su gusto por la obra de Edward Hopper. 


Además hay algunas alusiones muy directas de las que destacan tres de forma muy especial: 

-el viaje en moto (ilustración repetida para la cubierta), que parece una clara alusión a las icónicas imágenes de “Buscando mi destino” (Easy Rider, road movie de 1969 dirigida por Dennis Hopper) y que definiría muy bien la filosofía del libro.


-la visión  idealizada de llegar a la meta, de conseguir ese destino (el respeto y la libertad que esperan de la India) en una versión de la pintura de Lord Krishna en el prado con la vaca sagrada. Eso sí: con sus zapatillas de deportes  y sin alejarse mucho de su gorrita).


-la última ilustración, que recrea la obra “Desayuno sobre la hierba”, de  Edouard Manet , pero de nuevo desde esa imaginación de la niña protagonista que inventa su familia idílica, esa que la comprendería y que no la obligaría, por supuesto, a comer carne.


Además otros detalles como los carteles que se ven por las ventanas, el “espectáculo  de la cabra” (que toma mucha dignidad en su recreación), la variedad de personas que miran ese espectáculo, las narices rojas de los matarifes, y un tanto especial aparecen las siglas MVT (*) en la entrada del matadero. Esto hace referencia a un método de tratamiento de los alimentos basado en un teorema de principios naturales de eficacia en la depredación, pero que puede haber pasado a rentabilidad y rendimiento por encima de planeamientos como lo sano de esa alimentación, lo necesario o lo respetuoso con el propio medio. Puede ser una referencia muy cuidada por parte del autor o muy antojadiza por mi parte y, por tanto, fallida.


El autor
Tomamos de las distintas reseñas (casi todas la misma) que hacen las editoriales de este autor, Federico Delicado Gallego, algunos datos y los completamos.

Nació en Badajoz en 1956. Estudió Dibujo y Pintura en la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real y se licenció en Bellas Artes en la universidad Complutense de Madrid. En el año 1970 comienza su trayectoria profesional como ilustrador realizando materiales audiovisuales y continuó dibujando en prensa, colaborando con el diario El País y El Correo de Andalucía. Como pintor ha participado en diversas exposiciones entre las que, relacionadas con el libro infantil, se encuentran: la Muestra de Ilustradores (Feria del Libro Infantil de Bolonia), en 1990, la exposición colectiva El Texto Iluminado; Una mirada a la ilustración iberoamericana contemporánea (Biblioteca Nacional, Madrid, 2001, y Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Salamanca, 2002) y Le imagini Della Fantasia, en la 20ª Mostra Internazionale D’illustrazione per L’infanzia (Sarmede, 2002). 


Como ilustrador ha publicado casi sesenta libros, la mayoría escritos por diversos autores y autoras (especiales colaboraciones con Eliacer Cansino y con Antonio Ventura), hasta que empieza también como autor de las ideas y los textos, siendo este su quinto libro de autoría completa, señalando qu el titulado “1 €” (Ed. El Jinete Azul) es una novela gráfica.


Ha recibido los siguientes premios entre otros: Premio Emilia Pardo Bazán para literatura no sexista en 2002;  segundo premio del Certamen Internacional de Álbum Infantil Ilustrado Ciudad de Alicante en 2005, con su libro “El petirrojo”; VII Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado por su libro "Ícaro", Premio Fundación Cuatrogatos 2016, incluido en la selección The White Ravens 2015 y la Lista de Honor IBBY 2016.


Son palabras de Federico Delicado:  "dibujar es otra forma de lenguaje… Es como respirar, como hablar con los dedos, como pensar con los ojos".


(*) El teorema del valor marginal (MVT) es un modelo de optimización que generalmente describe el comportamiento de un individuo de alimentación óptima en un sistema donde los recursos (a menudo alimentos) están ubicados en espacios discretos separados por áreas sin recursos. Debido al espacio libre de recursos, los animales deben pasar tiempo viajando entre zonas. El MVT también se puede aplicar a otras situaciones en las que los organismos se enfrentan a rendimientos decrecientes.

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