De Alice Pantermüller y Daniela Kohl. Colección Las cosas de Lota. Editorial Bruño. Madrid. 2015.
Uno de esos libros del nuevo lenguaje verbo-icónico que no es texto ilustrado, que no es cómic, que no es ejercicio de imprenta, pero que se queda con todo lo anterior y da lugar a este tipo de narrativa gráfica que, realmente, está haciendo lectores por su forma de contar.
Efectivamente, en cualquier caso, tienen un libro en las manos y de “muchas” páginas (más de ciento cincuenta); se lee con mucha facilidad: el texto se interrumpe a cada poco con lo gráfico apoyando mucho la comprensión; visualmente la página es muy “descansada”, no es una mancha de texto sino algo muy dinámico; y, lo más importante, el texto ha de ser leído para saber también por qué están ahí esos dibujos, esos emoticonos, esos cambios de tipografía (tamaño, fuente y forma), esas onomatopeyas, esas metáforas visuales … que de todo hay.
Además, el diseño de la cubierta es muy moderno, muy atractivo para niños y niñas que se inician con estos libros; las hojas son algo más gruesas de lo normal, dándoles también en eso facilidad para pasar la página y viendo cómo a poco de empezar “ya van bien adelantados”; las guardas tienen una presentación dibujada de los personajes que también es facilitadora de lectura; y, en fin, unos personajes muy reales con sus meteduras de pata, sus antojos, sus enfados, sus risas, su vida tan verosímil para lectores que empiezan a leer con autonomía.
Los otros títulos de la colección
En cuanto a la temática, las peripecias de Lota no llegan a la aventura de Pipi Lamstrung, a la magia de Matilda, ni al candor y tragicomedia de Heidi, … pero están ahí: con toda su actualidad, las peleas con sus hermanos, la sofisticación de la madre, lo “normalizado” del padre (maestro), la rivalidad con la amiga, y su imaginación que de todo hace una lectura muy suya. Su popularidad en Alemania le ha llevado al cine.
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