domingo, 25 de noviembre de 2018

Sorpresa en la granja (R)


De Pepe Maestro. Ilustraciones de Mercé López. Colección: Los cuadernos de Violeta. Editorial Edelvives. Zaragoza.


Los libros de esta colección están formados por capítulos cortos; con ilustración en, al menos,  cada doble página (casi siempre en las dos); y cada uno de estos capítulos, aunque forman parte del todo, cuentan algo particular hasta cerrar la historia que da lugar al título.


En esta ocasión, la noche va a tener mucha importancia, por lo que comienza identificando contraluces y movimientos entre las sombras que quedan justificados y eliminan cualquier posibilidad de miedo; presentarnos al gallo filipino que se equivoca al cantar, al burro que teme pisar a los pollitos, el perro ya anciano y la carretilla de excrementos que termina volcada, es el camino para llevarnos al bonito misterio que causará tanta sorpresa a Violeta.

Con este personaje y estos cuadernos, Pepe Maestro 


vuelve al mundo rural y realista del que con tanto arte nos hablara en “Alfonsina”, su primera publicación, donde nos contaba experiencias entre auténticas y ficticias, o sea literarias, de lo que pasaba en la granja escuela en la que trabajó un tiempo. 



Es, por tanto, una redacción pausada, tranquila, observadora, lista para disfrutar, especialmente de la relación con la naturaleza, los personajes destacados y muy entrañablemente con la abuela.



Las ilustraciones de Mercé López se ajustan al nombre del personaje, Violeta, como flor silvestre y como color pastel. 


Son apuntes de la naturaleza, con estudio muy orgánico de los personajes, con colores suaves, y con una manera muy particular de hacernos sentir que hay sonidos en esas escenas, con unas especies de bocadillos fluidos de colores de cada personaje o lugar de donde surge el sonido en cuestión.


Una colección para tener en la biblioteca de casa y, si no, por supuesto en la de clase, que podemos repartir de 3º a 5º de Primaria con un acierto asegurado.  






lunes, 19 de noviembre de 2018

Los coleccionistas de vidrio (R)

De Aurora Ruá. Il. de Paula Alenda. Colección Calcetín, serie roja. Algar Ediciones. Alzira (Valencia).


Una alusión a percebeiros nos hace pensar que la costa, los golpes de mar, los pescadores y las desgracias marineras sitúan la historia en Galicia, por poner un lugar. En ese paisaje van a situarse muy bien las acuarelas de la ilustradora de este “cuento de cuentos” de Aurora Ruá.


Así asistimos a las relaciones, lo más importante en el fondo, de tres familias: la de Andrés y su abuelo (fallecidos sus padres), la de Joaquín y unos desafortunados padres, y la de Teresa en su cómoda familia. Se forma así una pequeña pandilla que se suma a la idea de coleccionismo, dos momentos típicos en esas edades (pandillas y coleccionar). 


Y en ese ambiente costero, puestos a coleccionar, al abuelo se le ocurre que Joaquín (algo así como nieto postizo) coleccione esos vidrios o cristales rodados que el mar deja en la orilla, escondidos entre tantas otras piedras redondeadas por la erosión. 

Con estas, el abuelo inventa, con un cristal por cada capítulo, un cuento origen de ese cristal, por lo que está la historia principal y los cuatro cuentos que se corresponden con otros tantos capítulos. Tal vez la narración un poco apresurada de esos cuentos (podría haberse extendido algo más para que el pequeño lector pueda construir mejor las historias) hace que la lectura la podamos ofrecer a unos lectores incluso algo mayor de los diez años para los que se dirige esta serie roja.


Además las ilustraciones se alternan entre el paisaje definido y las imágenes metafóricas que, al estar todo reproducido en blanco y negro, dificultan una lectura más sensible de dichos dibujos. (Las ilustraciones que aquí se ofrecen a color pueden pertenecer a los originales o a una edición anterior que tuvo en Tandem Editorial).



La autora, Aurora Ruá, nacida en Valencia y licenciada en Derecho, compagina su actividad profesional con la literatura infantil y juvenil. Ha escrito y publicado diferentes libros en este ámbito. En Canica Books ha publicado los álbumes ilustrados El Señor del Castillo , con ilustraciones de Guridi y Estación Central, ilustrado por Julio A. Blasco. Actualmente dirige el centro Alas, librería y espacio de arte en Valencia, que gira en torno a la Ilustración y el libro ilustrado. 



La ilustradora, Paula Alenda González, nacida en Alicante, se licenció en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Compaginó los estudios con la pintura, y celebró su primera exposición individual en la Casa de Cultura de San Juan. Estuvo dedicada a su abuela y maestra, Nisa. Posteriormente ganó un concurso artístico de la Universidad de Alicante, por lo que pudo exponer en la Casa de Cultura de El Escorial (Madrid). Actualmente trabaja como diseñadora e ilustradora en su ciudad natal. 


domingo, 18 de noviembre de 2018

Dragón Díaz y el Club de 2 + 2 = 5. La diferencia entre un fantasma y un espectro (R)



De Tom Fernández. Il. de Patricia Castelao y Marcos Calo. E. G. Anaya. Madrid.

Rescatamos este título, que ya tiene 8 años, porque a veces algunos libros me pasan desapercibidos y los pongo en el montón de pendientes… ¿para cuándo?


Sin saber por qué me pongo a leerlo y me engancha: es una historia de niños distintos… pero distinta; es una historia de pandillas… pero atípica; es una historia de rarezas… pero qué rarezas; es una historia con humor… pero muy sutil; es una historia de miedo… bueno, casi; es una historia con muchos capítulos (11)… pero cortos; es un libro con pocas ilustraciones (11 grandes y 11 pequeñas como capitulares), pero magníficas.


Tal vez la apuesta era un poco arriesgada para que siguiera en forma de colección larga y se ha quedado solo en dos volúmenes: su buena presentación con tapas duras puede que haga pensar en un libro caro, sin embargo son 10 €; el autor se implica en muchos proyectos de muchos tipos (especialmente cinematográficos) que tal vez no le dejaran mucho tiempo para promocionarlos (aunque ha tenido exitosos encuentros con sus lectores); la pareja de ilustradores (pareja en la vida real, al menos entonces) tienen una gran demanda de trabajo;... y quizá los comerciales de la editorial no repararon lo suficiente en este producto.


Pero probablemente un hándicap es que el profesorado, el que en última instancia “vende” más libros por prescripción académica, está poco dispuesto ante libros que no pertenecen a colecciones seriadas por colores para indicar la edad lectora y no sabe para qué público estarían bien estas historias de Dragón Díaz.

Lo cierto es que si la temática y dificultad lectora puede ir de ocho a diez años, habrá espabilados de siete que lo disfruten y muchos de once que se diviertan con él. Como siempre, es bastante difícil y tonto ponerle límites de edad a un libro: ¡Qué lo lea quien quiera! Yo me he pasado un buen rato con su lectura.


Y es que el autor, Tom Fernández (Oviedo, 1971)   comenzó su profesión como escritor en el mundo de la televisión; es director de cine y guionista de series televisivas y ha escrito un buen número de guiones y libros, entre ellos este título (y una segunda parte) de literatura infantil. En esos guiones, ha sabido mezclar el humor con el interés y con el mensaje, y eso mismo hace en estos libros donde las situaciones, el diseño de los personajes, los diálogos… son divertidos, pero también la trama rápida (la acción sucede en una sola tarde) que engancha y el mensaje de no estás solo, raros somos todos, el grupo protege y el cariño defiende,… están muy bien articulados en esta historia. Algo muy especial es que, siendo una pandilla, no está el líder (niño) y el coro (con niñas), sino que aquí, a pesar de centrarse en Dragón Díaz, todos tienen su momento de liderazgo y el protagonista es objeto de risas de sus compañeros tanto como los demás.




Dragón Díaz tiene nueve años y vive atormentado porque cuando suma 2 + 2 siempre le salen 5. Jimena, la niña rara del cole, tiene alergia al cariño y Martín engorda cuando siente miedo. Los tres forman un club y afrontarán sus inseguridades juntos, haciéndose detectives de casos extraordinarios y ayudando a niños igualmente raros. En el primer título ayudan a Rebeca, una niña fantasma, y se enfrentan a un espectro. En el segundo, es Marcos el niño al que ayudan, con corbata y ¡barba!, y se enfrentan la temible doña Eloína.


Y si el texto es bueno, las ilustraciones también. Hay una pequeña y significativa en la parte superior de cada inicio de capítulo y otra a toda página en cada capítulo. El trabajo digital, especialmente el coloreado, presenta ilustraciones muy modernas sobre un trazado de personajes clásicos, así nos encontramos con un resultado muy efectista que ayudará a quienes más trabajo les cueste leer y que hará las delicias de todos y todas.


Estas ilustraciones vienen de la mano de Patricia Castelao y Marcos Calo. Ella fue seleccionada para representar a España en la Feria del Libro de Frankfurt; ha trabajado en diversos proyectos de cine de animación y ha realizado también importantes trabajos de ilustración de libros de texto, de diseño de carteles y de libros de literatura infantil. 



Por su parte Marcos comenzó su carrera trabajando para varios estudios de animación en español y de forma independiente haciendo ilustraciones, trabajos comerciales y ocasionalmente cómics. 


Solo me queda desear que todo el equipo se ponga de nuevo en marcha y sigan publicando más títulos de la colección. 


sábado, 17 de noviembre de 2018

Misterio en la mina (R)


De Jesús Díez de Palma. Ilustraciones de Ona Caussa. Colección Ala Delta, serie verde. Editorial Edelvives. Zaragoza.


En el título “la casa del indiano” (en esta misma colección), el autor ha llevado a su protagonista Mariano a casa de sus tíos en Peñainfierno, Asturias. 


Es una localidad inventada que, no obstante aprovecha topónimos de la zona (Peña de…) y el nombre del río Infierno. En ese primer libro, conocemos también a Alia, su compañera de instituto, y la aventura se desarrolla a través de leyendas y de esa realidad de quienes viajaron “a Las Indias” en busca de fortuna y luego volvieron.



En este segundo título, “Misterio en la mina”, volvemos a tener el uso de leyendas con otra realidad del entorno: la minería. Con ambos elementos el autor compone una historia que tarda en arrancar como aventura, con una primera parte expositiva y academicista que habría necesitado de algo más de acción, así como de alguna que otra pincelada fantástica para que cuando aparece el cuélebre no entremos en ese “realismo mágico” tan de golpe, ya que pierde cierta verosimilitud.

Pero siendo un libro de fácil lectura, con capítulos cortos y, por supuesto, muy bien construido podría ser muy adecuado para una lectura en clase. Esto podría ser el leer un par de capítulos en casa y comentarlo al otro día en unos pocos minutos. 

Como el libro está lleno de alusiones a elementos interesantes, podríamos “ilustrar” en esos minutos de comentarios, algunos de los elementos  a que se hace referencia en el texto. Si se dispone de una pizarra digital, se pueden copiar las imágenes que se ofrecen en esta reseña para acompañar esos comentarios.


Empezaríamos situando a Asturias en un mapa y a su vez veríamos un mapa más detellado de Asturias.



En las referencias al Nepal, se habla de la bufanda khada, de la bandera tan particular, de los banderines de plegarias y lo completaríamos situando a Nepal en el mundo.






Cuando ocurre el accidente en el Pozo Cabrero, podemos hablar de uno de nombre parecido: el Pozo Cabritu. Y añadir algunas imágenes de la Brigada de Salvamento y del trabajo en las minas.




La canción aludida la podemos escuchar y ver la interpretación de Nuberu en Youtube en este enlace: “En el pozo María Luisa”. 



Algunas fotografías de la Asturias rural y, especialmente, de alguna capilla situarán mejor la historia en el contexto.





La celebración del cumpleaños nos lleva a conocer nuevos platos que convendrá ilustrar. Especialmente los fritos de pixín y los bollos preñaos.




Igualmente será interesante acercarse a la iconografía de los santos de los que se habla: de San Miguel, de San Jorge y de Santa Margarita de Antioquía.







Pero si hay una alusión importante que ilustrar es la del cuélebre, ser mitológico asturiano y cántabro del que hay muchas imágenes y referencias en la red. 



Incluso una canción de Víctor Manuel.


Y si se quiere entrar en profundidades sobre Asturias, las minas y sus tragedias, puede ser muy interesante conocer la letra y canción de Víctor Manuel “La planta 14”. Porque "Misterio en la mina" no es una novela inocente (como ninguna) sino que el escritor quiere dejar plasmada, también, la tragedia que va acompañando a la historia de la minería.

NOTA: La historia del cuélebre y la forma en que en este libro acaban con él, es paralela a la del lagarto de Jaén. Dos leyendas distanciadas en el espacio que cuentan lo mismo.