Sinopsis
La editorial nos ofrece la siguiente sinopsis que ponemos como entrada para poder seguir los comentarios sobre este contexto previo.
El enfoque
Estamos ante un diario. Pero no es el diario de anotaciones con fechas que quien lo escribe lo hace para sí, para controlar sus hechos, para reservar datos, para no olvidar sensaciones, para sacar adelante emociones.
Es un diario escrito para que otros lo lean y así, quien escribe, poder liberarse, poder salvarse:
“Mi única salvación se alza en escribir este diario y a él llevo dadas mis últimas horas”.
Y en ese considerar que necesita a un lector, el protagonista se presenta dirigiéndose a este, avisándole de que, aunque vivo porque aquí está lo que está escribiendo, está destinado a la muerte inmediata. Y solo asegurando la lectura de este diario, que se sepa toda su historia y su relación con los muertos, podrá cerrar sus asuntos de vida y no tendrá que vagar con sus pesares, como un aparecido, por toda la eternidad.
Es por tanto un diario con un enfoque de diálogo unidireccional entre quien escribe y quien lee. Aunque no sea continuo hacer notar esta situación, el autor introduce de vez en cuando algunas alusiones directas al lector, incluyendo dudas sobre si sigue la lectura o no.
Así la novela es una narración en primera persona, intimista y personal, donde cuenta lo que vive y ve (rara vez hay un momento que le haya contado la madre) por lo que hace que el lector se involucre directamente en la historia.
El tema
El tema de los muertos (o aparecidos) es antiguo en la literatura y todo un clásico en el cine juvenil. El observar el miedo de otros desde una posición de seguridad sirve de catarsis para liberarse de los propios miedos, y desde la infancia hasta bien entrada la madurez sigue siendo uno de los géneros más demandados, al menos una dosis de miedo dentro de la historia que se sigue.
Pero también es cierto que un tema tan trillado se va “descafeinando” y todo suena a repetido. Especialmente porque para que los fantasmas den miedo es necesario que exista un contexto bien construido, una época definida, unos personajes vivos videntes que sean creíbles, unas situaciones por encima del susto puntual. Y todo esto está en esta novela, de tal manera que la propia casa es uno de los personajes claves para que la historia pueda desarrollarse, la época es muy propicia al carecer de elementos tecnológicos (podría ser a finales del siglo XIX), y del estilo narrativo (en cuanto a construcción literaria, vocabulario, referencias, figuras utilizadas, etc.) nos da la impresión de estar leyendo un libro escrito entonces. Mucho es el cuidado puesto por el autor.
Los jóvenes lectores
Es aquí donde podría encontrarle cierta dificultad para que llegue a numeroso público joven poco acostumbrado a una atmósfera literaria clásica. Sin embargo, aquellos que se adentren y consigan superar los primeros capítulos (como se plantea el autor en boca del protagonista), irán asimilando esa forma narrativa que huele a antiguo y suena al correr cortinas gruesas en salones grandes y oscuros.
Tal vez la ilustración de cubierta, que luego comentaremos, podría haber estado acompañada de otra en el interior o en la contracubierta, en la que se mostrara la galería que da al patio, ya que es una construcción poco conocida para la mayoría de los jóvenes y es un elemento de gran importancia para ir siguiendo visualmente la historia.
El autor y la obra
Resulta desconcertante después de haber leído mucho de Pepe Maestro, el empezar con esta novela y no encontrarlo por ninguna parte. Hay todo un ejercicio de reconversión de estilo con el que el escritor demuestra su ya probada versatilidad, pero ahora con un giro hacia el drama, el dolor y el miedo. Exceptuando la escena del “ensayo de la obra de teatro”, donde está el Pepe Maestro histriónico a la hora de mostrar una situación rocambolesca, todo el libro es una contención de artificios en pro de la situación narrada, que le da la sobriedad y la verosimilitud que la historia necesita.
El ilustrador de la cubierta: Calavera Diablo
Para encontrar en Internet a este artista es necesario antes dejar muchas entradas de, lógicamente, calaveras y diablos, hasta llegar a esta en la que nos enteramos de un gran trabajo detrás de esta firma. Esta es la presentación que allí aparece:
Viendo su extenso trabajo, sus aficiones y tipo de ilustración que le interesa y desarrolla, encuentro también contención y sobriedad en su ilustración y por ello acierto e idoneidad en la propuesta que ofrece: está perfectamente la atmósfera que Pepe Maestro nos narra, está la puerta precisa para abrir el libro y empezar a leer.
La editorial
Nos estrenamos con Cazador de ratas, editorial gaditana que va preparando un interesante fondo de donde espero traer otras obras. Por si se quiere echar un vistazo, está aquí.