Una editorial sin duda especial. Su catálogo es variado y llamativo y de títulos sorprendentes, desconcertantes, provocadores, estimulantes...
Para los adultos que nos acercamos a esta obra, el libro nos choca por una estética de aspecto simplista y una paleta de colores planos que no habla de profundidad, volúmenes o matices. Sin embargo, el mensaje se pone por delante y la sencillez de los dibujos va a ser el vehículo perfecto para transmitirlo.
Nip y Nimp son dos personajes a los que vamos a ver uno en la página de la izquierda y el otro en la de la derecha. Su imagen es la misma, diferenciados por los colores de sus ropas y, en el nombre, por una letra. Pero lo importante es la diferencia en la actitud, mientras Nip es completamente convencional y hace lo que se espera de él, Nimp tiene su estilo personal, todo lo hace a su manera.
Las imágenes enfrentadas y lo escueto de lo que presenta (por ejemplo, no hay fondos, las ropas no cambian, no hay nariz ni orejas, solo lo indispensable del mensaje) sirven para mirar a un lado y otro y contrastar las dos actitudes. ¿Se trata de un libro que habla de las diferencias entre las personas, de entender a los diferentes…?
Me inclino a pensar que se trata de un libro que habla de cada uno, de la dualidad entre lo que a veces se hace y lo que nos gustaría hacer. Más aún, trata de lo creativo o creativa que se pueda ser, de lo divergente, de cómo afrontar nuestras acciones: como siempre o de otra manera.
Para eso el autor utiliza, en oraciones sencillas, la interpretación literal de frases hechas (puede que algo se pierda con la traducción) y el doble significado de algunas palabras, para presentar situaciones que rondan lo absurdo y crea situaciones realmente divertidas.
Un libro muy indicado para primeros lectores que también gustará a quienes se paren en su humor y ocurrencias.
Todo con una atmósfera moderna muy pensada para hacer llegar el mensaje, influencia clara de la dedicación como publicista de su autor, el francés Lionel Serre.
Este libro parte de la creación de un personaje preparado para vivir distintas aventuras, pero todo quedó en solo una, la que ahora publica Editorial Barrett, tras una aparición en 2000 en la Editorial SM que no fue suficientemente apreciada como para repetirse en nuevas reediciones y así poder dar lugar a otras aventuras.
Pero aquí está de nuevo y podría ser germen de futuro, aunque el estilo del autor, el Premio Nacional de Ilustración Javier Sáenz Castán, ha evolucionado lógicamente y tal vez habría que reinventarlo.
No obstante, la historia que aquí se nos cuenta, va ser para siempre porque tiene los elementos de los cuentos clásicos con un cierto saborcillo a La Bella y la Bestia, al arpa del ogro de Juan y las habichuelas mágicas, a los bosques mágicos, … pero todo con un giro especial donde el héroe no es el que se casa, que ya lo estaba; el ogro es el padre; el personaje de Picopelosplumas está humanizado, mientras que el humano está “pajarizado” con máscara y jaula.
Si estamos en una farsa y las ilustraciones nos muestran solo dos decorados con una sola angulación frontal y plano panorámico, nos sitúa como espectadores ante una particular y divertida representación teatral.
Así que resulta muy acertada la elección de este título para la colección de Barret en la que se presenta: Pequeño Teatro Doméstico.
YOVOY
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