Hace un tiempo pudimos presentar este libro en la Librería Plastilina , acto que recoge en Instagram donde muchos seguidores pueden asistir a estas presentaciones tan frecuentes.
Y lo hacíamos de la mano de la antóloga que ha puesto tanto interés en este libro dada su admiración por el autor, diría que también por la editorial y, después de este, seguro que también por el ilustrador.
Vayamos por parte. Intentemos acercarnos a una línea del tiempo del escritor que presenta algunas discrepancias según las fuentes biográficas que consultemos.
(Para una apasionada reseña biográfica, este artículo de Alfonso López Alfonso en EL TOUS PA TOUS)
A la vista de estos datos y fechas, a la vista de su participación con la República en las Misiones Pedagógicas, se exilia porque de otra manera podría haberle costado la vida. De hecho, pertenece a esos inspectores de educación que tuvieron que hacer prácticas de maestro para tener un conocimiento auténtico de la realidad educativa: “Estas prácticas obligatorias daban una garantía de conocimiento de la escuela que para nada tenía que ver con el modelo de inspección franquista que vino después”, me comenta un inspector amigo.
Ya se sabe, maestro y republicano en manos de Pemán… feo, feo.
En nuestro encuentro de presentación, preguntamos a María Jesús Ruiz: ¿es Alejandro Casona un autor de la Generación del 27?
Sí lo es. En Madrid tiene contactos con Lorca y los poetas que conformarán la generación del 27. De hecho “La flauta del sapo”, de la que hace unos cincuenta o sesenta ejemplares con una imprentilla que tenía en la escuela (única edición de este libro hasta esta nueva publicación, habiendo aparecido el poemario incluido en un libro de leyendas en México hace años), se la dedica a Lorca reconociendo su deuda estética y su deuda poética. Sí estaba en la Generación del 27, como estaba tanta gente (Concha Méndez, Maruja Mallo…) que se va al exilio; a nosotros, ya a partir del año 70, nos llega una generación muy adelgazada: conocemos a Lorca, a Alberti y poco más. Pero la Generación del 27 es muy amplia.
Volviendo a “La flauta del sapo”, esa primera edición artesanal por parte de Casona es muy difícil de conseguir:
Le preguntamos ahora por el trabajo realizado como antóloga.
Me he sentido muy libre y he hecho lo que he querido. Creo que en el original eran 18 poemas. Yo me quedé deslumbrada con Casona hace casi 20 años, cuando descubrí por azar su lado republicano, ya que se había elaborado una imagen bastante cutre de este escritor y no es la que debiera. Por un lado, por ese franquismo en el que él presenta sus obras cuando vuelve y por otro lado por la crítica de la izquierda que no le perdona ese olvido del pasado (aunque luego rectificarán reconociendo que había que haber vivido lo que ellos para entenderlos). Me deslumbró Casona cuando me regalan una edición (argentina) de “La molinera de Arcos”.
¿Y sedujiste al editor de Diego Pun?
Luego es un libro con muchos lectores potenciales, de interés para muchas edades distintas. A ningún adulto se le va a caer el libro de las manos y los niños tendrán su propia primera lectura y con un acompañamiento magnífico que se ha conseguido en la ilustración.
Al hablar de la ilustración, vuelve a aparecer el trabajo de María Jesús Ruiz.
El poema que lleva el nombre de Frutas pertenece a uno más extenso, pero yo quería resaltar esos seis versos porque me parecen de una fuerza considerable, una imagen potente que Federico Delicado ha sabido plasmar perfectamente.
Es como decir que Federico ha entendido esta obra de Casona interpretando las alegorías y las metáforas con esa luz y esa evolución en su trabajo que está mostrando un sello personal, distinto a la mayoría de la ilustración reciente completamente repetitiva del texto y repetitiva en su aspecto formal.
María Jesús Ruiz es Doctora por la Universidad de Cádiz, donde es profesora Titular de Literatura Española. Investigadora veterana y reconocida del folklore.
También de Federico Delicado en este blog:
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